Cusco, jun. 24 (ANDINA).
La magia de la escenificación del Inti Raymi hizo vibrar hoy, como
todos los años, a más de 60 mil cusqueños y unos 4 mil turistas
nacionales y extranjeros que se dieron cita en el parque arqueológico
de Sacsayhuamán, ubicado a 15 minutos de ciudad imperial.
Escenificación del Inti Raymi en Cusco. ANDINA/Percy Hurtado
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La
escenificación del Inti Raymi comenzó en el templo Inca del Qoricancha
con el saludo al Sol y luego se desarrolló en la Plaza Mayor, con el
encuentro de los tiempos. Finalizó en Sacsayhuamán con la ceremonia
propiamente dicha, en un ambiente de orden y seguridad.
El Inca, interpretado por el cuzqueño Alfredo Inca Roca, y escoltado por su coya y séquito, conformado por más de 200 actores, ingresaron cerca de las 14:00 horas a un estrado levantado en medio del parque, tras un recorrido por los baluartes líticos.
El Sinchi, avanzada de la nobleza, fue quién le dio la bienvenida, pero antes convocó a los líderes de los cuatro suyos, quienes a ritmo de música y danza se apoderaron del escenario natural. Seguidamente le entregaron ofrendas de sus zonas.
El imponente Inca, al desplazarse por el estrado, no dejó de mirar al Inti (Dios Sol), que iluminó el cielo cusqueño para regocijo de los asistentes.
Conforme pasaban los minutos la escena tuvo varias ceremonias como el rito a la chicha de jora, al fuego y al sank’u, alimento principal del hombre andino. También se escenificó el sacrificio de una llama.
Los aplausos para el Inca eran constantes y este personaje antes de culminar el acto, en medio de la seguidilla de danzas, dio su mensaje invocando al Sol y a los apus Salkantay, Ausangate, Wanakauri y Pachatusan, para que reine la paz en la juventud, la unión, el trabajo y que los alimentos no falten.
Recordó la alegría que caracteriza este día, a la pachamama y expresó su confianza en que la producción agrícola será mejor, motivo por el que todos los habitantes de la zona deben estar contentos con sus frutos, dijo.
Cerró su mensaje con vivas en quechua ¡Jailli Inti Raymi!, ¡Jailli Tahuantinsuyo!, ¡Jailli Qosqo!, enfatizó.
El público y las autoridades apreciaron el majestuoso espectáculo desde zonas colindantes, y al término del paseo del Inca por el parque de Sacsayhuamán, le expresaron sus felicitaciones.
(FIN) PHS-TMC/ ASH
El Inca, interpretado por el cuzqueño Alfredo Inca Roca, y escoltado por su coya y séquito, conformado por más de 200 actores, ingresaron cerca de las 14:00 horas a un estrado levantado en medio del parque, tras un recorrido por los baluartes líticos.
El Sinchi, avanzada de la nobleza, fue quién le dio la bienvenida, pero antes convocó a los líderes de los cuatro suyos, quienes a ritmo de música y danza se apoderaron del escenario natural. Seguidamente le entregaron ofrendas de sus zonas.
El imponente Inca, al desplazarse por el estrado, no dejó de mirar al Inti (Dios Sol), que iluminó el cielo cusqueño para regocijo de los asistentes.
Conforme pasaban los minutos la escena tuvo varias ceremonias como el rito a la chicha de jora, al fuego y al sank’u, alimento principal del hombre andino. También se escenificó el sacrificio de una llama.
Los aplausos para el Inca eran constantes y este personaje antes de culminar el acto, en medio de la seguidilla de danzas, dio su mensaje invocando al Sol y a los apus Salkantay, Ausangate, Wanakauri y Pachatusan, para que reine la paz en la juventud, la unión, el trabajo y que los alimentos no falten.
Recordó la alegría que caracteriza este día, a la pachamama y expresó su confianza en que la producción agrícola será mejor, motivo por el que todos los habitantes de la zona deben estar contentos con sus frutos, dijo.
Cerró su mensaje con vivas en quechua ¡Jailli Inti Raymi!, ¡Jailli Tahuantinsuyo!, ¡Jailli Qosqo!, enfatizó.
El público y las autoridades apreciaron el majestuoso espectáculo desde zonas colindantes, y al término del paseo del Inca por el parque de Sacsayhuamán, le expresaron sus felicitaciones.
(FIN) PHS-TMC/ ASH
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