Humala: "eso fue todo, amigos"
Una rápida apreciación de la visión de la izquierda del presidente.
Publicado: 2013-06-25
Es refrescante para un pueblo que un extranjero
analice a sus autoridades: su mirada nos muestra la vista panorámica del
bosque, mientras nosotros estamos atascados en los minúsculos detalles
de las ramas. Pero es más revelador cuando una de esas autoridades
responde a un periodista extranjero: se franquea con el afán de
contextualizar, organiza su discurso desde los pensamientos básicos y,
por ello, muchas veces revela una serie de opiniones que en el ámbito
local ocultaría. Eso ha pasado este domingo con la entrevista a OHT del
director del diario El País, Javier Moreno. Ha revelado, entre varios
detalles interesantes y positivos, uno en concreto que no lo es: su
increíble desprecio por la izquierda peruana que lo ayudó a llegar al
poder.
Al parecer este desprecio se sustenta en su propia infancia cuando bebió de la leche materna lo que implica ser nacionalista e izquierdista en el Perú (“mis padres eran de izquierda”). Además de repetir que la izquierda cometió errores –uno de los peores quizás haya sido ir a la sombra del nacionalismo– recuerda la siguiente frase para la posteridad: “Era una izquierda que, decían, cuando llovía en Moscú acá salían con su paraguas”. Es cierto que el Partido Comunista y sobre todo los varios partidos maoístas han sido dogmáticos, pero hay muchos aportes de pensadores de izquierda que más bien buscaron entender este país tan diverso.
Y contra los intelectuales de izquierda también se despacha: “Tenían la soberbia de creerse los únicos intelectuales del país y despreciaban al resto porque no eran marxistas”. No dudo de que varios intelectuales peruanos de izquierda sean así, como muchos otros de derechas, puesto que en realidad la soberbia del intelectual no pasa por su posición política sino por considerarse “la intelligentzia”. Pero este es un estereotipo que, dicho en palabras del presidente de todos los peruanos, suena francamente a resentimiento. Los estereotipos se desencadenan cuando los líderes de opinión los repiten sin pensamiento crítico y OHT no debería dar ese pernicioso ejemplo.
Pero eso no es todo: más adelante OHT se refiere a los izquierdistas como que “no aguantaron ni seis meses en el gobierno, se salieron y ahora están con la derecha”. Y más adelante agrega que “querían más de la cuota de poder que les dimos”. OHT se refiere a la bancada del Frente, coalición entre AP y varios zurdos fuera del nacionalismo. Pero la interpretación que hace el presidente Humala de la realidad es bastante antojadiza, por decir lo menos. Olvida que a Siomi Lerner lo defenestraron de la peor manera y que algunos de los izquierdistas, a mi modesto parecer, aguantaron demasiados muertos por conflictos sociales en sus diplomáticos puestos. Si yo fuera de CxC estaría verdaderamente indignada ante estas declaraciones.
Finalmente OHT enfatiza, sin ver la viga en el propio ojo, sobre la traición de la izquierda: “Uno de los errores estratégicos de la izquierda fue que abandonó la bandera de la justicia social”. Creo que este comentario ya llega a un punto del delirio. Cuando el movimiento “Fujimori nunca más” salió a las calles fue enarbolando la bandera de los derechos humanos y muchos de los que caminamos ahí éramos y somos de izquierda. Javier Diez Canseco, golpeado en el Congreso por el nacionalismo con una sanción injusta, fue uno de los infatigables buscadores de justicia social.
La soberbia es mala consejera, presidente Humala, peor aún adobada con falta de lealtad y de reconocimiento de los amigos de ayer.
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