LOS OTROS SICARIOS

(Por: Antonio Luna Neyra – Colaborador) Hace unos días en Chimbote fue asesinado de 7 balazos Luis Sánchez Colona, joven Fiscal de Casma, encargado de las investigaciones sobre el asesinato del periodista casmeño Pedro Flores Silva, justo cuando iba a emitir un informe sobre el caso, en el que implicaron al actual alcalde de la Provincia de Casma como supuesto autor intelectual. 

 No es el Fiscal la primera autoridad del poder judicial ni el periodista la primera víctima involucrados en asuntos de carácter político en la región que en los últimos años han caído bajo las balas asesinas de un sicario o de un grupo de delincuentes. 

El Vicepresidente de la región Ancash Sánchez Milla y últimamente un ex Alcalde de Huarmey, fueron también muertos en acciones por encargo y con un probable trasfondo político. 

 El incremento millonario de los presupuestos del gobierno regional y de algunos gobiernos provinciales y distritales, el acrecentamiento de la violencia y de la presencia del narcotráfico, la degeneración moral de las autoridades y los dirigentes políticos y gremiales, la profundización de la corrupción en todas las instituciones públicas, son los factores principales que alimentan la ambición irracional para enriquecerse y la paranoia para liquidar a sus opositores, de grupos de malhechores que se organizan políticamente y logran capturar los gobiernos. 

 La crisis de los partidos tradicionales y el fracaso de los gobiernos conducidos por éstos, facilitaron el agravamiento de las condiciones de crisis política y moral del país y el surgimiento de movimientos y partidos que solo quieren entrar a gobernar para enriquecerse y continuar con la defensa del sistema corrupto. El bienestar y desarrollo de los pueblos solo es, como siempre, un saludo a la bandera.

 El proceso de revocatoria no es ajeno sino parte de este escenario, donde la gente bien intencionada es una minoría que muchas veces sucumbe ante la generosidad de los corruptos. Así está la política en la región y en todo el país. No hay buenos ejemplos, pues. Nuestra República está teñida también por vergonzosos episodios de sangre, traición, mentiras y venganzas.El gobierno nacionalista de Humala está demostrando que es más de lo mismo.

Por eso creemos que sicarios no son solamente los que asesinan a autoridades honestas y luchadores decentes que se niegan a someterse a los planes corruptos de las autoridades, sicarios son también los que matan las ilusiones y las esperanzas de los pueblos que confían en que sus autoridades serán capaces de trabajar hasta el sacrificio por el bienestar y el progreso auténticos, sicarios también son los que eliminan la conciencia social, la democracia y la soberanía nacional, sicarios son los que eliminan la libertad de expresión, los medios y periodistas mermeleros y escritores que se colocan a su servicio.

 Los llamados a lograr el verdadero cambio y a construir una región y un país prósperos, que son los trabajadores y los sectores populares, se encuentran aún débilmente organizados y unificados y, lo que es peor, en su mayoría dirigidos por elementos que forman parte de la corrupción y el conservadurismo, de la demagogia y el arribismo. Por eso los sectores sanos que son la mayoría tienen que persistir en construir la alternativa de gobierno democrático, del pueblo y con identidad, lejos de la corrupción y el sicariato. Más temprano que tarde el Perú y Ancash tendrán gobiernos con autoridades honestas y consecuenten que trabajen por su verdadero desarrollo.