“Testigos de la Vida”(Por Fray Héctor Herrera o.p)
Abril 17
|17:30
Chimbotenlinea.com .-La
lectura del libro de Hch 4,32-37 , nos habla que los discípulos de
Jesús son testigos de Jesús Resucitado, del Señor de la Vida. Porque
como creyentes tenían un solo corazón y una sola alma. Todo lo poseían
en común y nadie consideraba como propio nada de lo que tenía.
Su amor a Jesús resucitado, la muerte salvadora de Jesús había cambiado
su vida. Frente a una sociedad egoísta, de codicia, de desorden moral.
Frente a los que quieren sembrar una cultura de miedo, de muerte. Jesús
nos habla hoy en el evangelio de Jn 3,5-7.15, que tenemos que nacer a
una vida nueva.
Hoy más que nunca los cristianos, no
podemos quedarnos indiferentes, frente a la ola de violencia y de falta
de respeto por la vida y la dignidad de las personas. Hoy Jesús
resucitado, el Señor de la vida, nos invita a proclamar, defender y
proteger la vida de todo ser humano.
Esta tarde nos congrega la muerte del
Fiscal Luis Sánchez Colona. Joven como muchos que desde sus aspiraciones
profundas han creído en Jesús de Nazaret, como el defensor y promotor
de la verdad que nos hace libres. Pero hay una lucha en nuestra sociedad
entre el mal y el bien. El pecado en la sociedad es signo de violencia,
de asesinatos, de muerte, opuesto a los valores del Evangelio de la
vida que Jesús nos trae: la verdad, la justicia, la paz.
El fiscal Luis Sánchez Colona, ha sido
víctima de un asesinato. “En la raíz de cada violencia contra el prójimo
se cede a la lógica del maligno, es decir, de aquél que era “homicida
desde el principio”(Jn 8,44). No podemos ser indiferentes como Caín que
mató a su hermano Abel, por odio y codicia. El Dios de la vida nos
interroga hoy, frente a la muerte de un joven, que quería y amaba su
trabajo y su profesión con honestidad y verdad. Que tenía sentimientos
nobles de que es posible vivir la justicia como fruto de una paz que
marque una cultura de vida.
Su vida y su sangre derramada clama a
Dios y nos interroga a todos: autoridades locales, judiciales,
educativas, organizaciones civiles y vecinales a hacer algo para detener
esta espiral de violencia y de inseguridad ciudadana.
La vida es un don de Dios, que debemos
amarla, protegerla y promoverla. Es urgente que cultivemos una cultura
de vida y de paz en nuestra sociedad peruana. Los crímenes y cualquier
atentado contra la dignidad humana, no pueden quedar impunes.
Jesús vino a salvarnos, para liberarnos de toda muerte física, moral y espiritual.
Jesús vino a salvarnos, para liberarnos de toda muerte física, moral y espiritual.
Él es la luz que ilumina nuestras mentes
y nuestros corazones, para que salvemos y reconciliemos la sociedad
peruana. Es urgente cultivar los valores del amor, de la autoestima y
del respeto y solidaridad por el hermano sin distinción. Y aquí está
nuestra labor de ser promotores de la vida y de la paz, desde los mcs,
la familia, las instituciones educativas y de desarrollo, políticas y
jurídicas para sembrar una cultura de vida y de paz. Y del respeto a los
más sagrados derechos del ser humano, imagen viva de Dios, sobre todo
el derecho a la vida.
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