¨Se trata de las personas que sin pretender cambiar el mundo sí aspiran a ser más íntegras, a hacer valerosamente lo que les corresponde cuando se enfrentan con el abuso y la prepotencia¨.
Es el caso del policía que se enfrenta a los delincuentes, del periodista cuando denuncia a los corruptos, del taxista que devuelve el dinero que alguien olvidó en su carro, del juez que cree en la justicia, de la mujer que se resiste a la depredación del mañoso.
Este es un heroísmo al alcance de todos. Es el “héroe discreto” de Mario Vargas Llosa.
- Gonzalo Portocarrero
- Sociólogo
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