Insurge la generación NO
Estreno de los jóvenes de la redes sociales en el escenario político nacional
Publicado: 2013-07-31
María Fernanda C. llegó a la clase con muletas y con
la pierna derecha enyesada. Me caí por caminar chateando, me dice. Mafer
es mi aplicada alumna que tiene todo menos DNI. A fin de año cumplirá
los 18 pero tiene blog, cuenta de facebook y twitter que, al principio
no le gustaba. Ha dejado de leer a Paulo Coelho y ahora devora los
libros de Philip Roth y Don DeLillo. Como tiene fracturado el hueso se
aprendió de memoria: “…los húmeros me he puesto / a la mala y, jamás
como hoy, me he vuelto, / con todo mi camino, a verme solo”. La piedra
negra de Vallejo. Es otra Mafer, me cuenta su madre por Intranet. Está
bien. El lunes estuvo en la marcha de la Plaza San Martín. Llevó
cartulina. Con un plumón rojo había escrito: “Para que me deje de crecer
la cola #Tomalacalle #22”. Mafer es del colegio Villa María. Igual,
anda agitada en estos días. Hace un tiempo no le importaba la política.
Hoy me dice: “Soy de las indignadas, profe. Las calles son del pueblo.
Yo soy la opinión pública”. Aunque usted no lo crea.Vivimos hoy, en el Perú, el protagonismo de la Generación No. ¿Cuál es esa? La que viene luego de la Generación X y de la Generación Y. Aquellos peruanos nacidos entre 1980 y el 2000 llamado también ‘nativos digitales’. Son, como dicen los doctos: “Los que crearon una revolución en el mundo laboral. Dinámicos, creativos, contestatarios y rebeldes, cambian la forma de hacer negocios y modifican la realidad empresarial. De afiebrado acceso a la tecnología, sus capacidades creativas les dejan tiempo para proyectos personales. Tienen una prioridad muy clara: finalizar su carrera universitaria. Con su título, viajan. Al regreso, recién buscan chamba”. No obstante, en la edición del 9 de mayo la revista Time aclaraba: “Aún viven con sus familias, son flojos, egoístas y superficiales, buscan ascensos en el trabajo cada dos años, todo el día se toman fotos para subirlas a redes sociales en busca de alimentar su ego. Así, a pesar de todo, nos salvarán y cambiarán al mundo porque son más agradables, más tolerantes, apoya la diversidad, aceptan a otras personas, por tanto, esta generación es mucho más positiva que otras”.
La consultora Arellano Marketin ha publicado estas cifras recientes. “El 20% de los adolescentes entre 13 y 17 años que residen en Lima cuentan con un Smartphone. El 55% de los jóvenes cuenta con celular propio. El 36% posee un celular inteligente. El estudio también reveló que el Internet, junto a la música y TV, lidera las preferencias de los adolescentes en sus ratos libres los fines de semana. Según el documento en el primero lugar de las preferencias se ubica el escuchar música (74%), seguido de navegar o chatear en Internet (70%), ver televisión (69%) y ayudar en los quehaceres del hogar (48%). Internet ¿Por qué? Se precisa además que entre los motivos por los que suelen conectarse destaca el acceso a las redes sociales (88%), la búsqueda de información (69%), el chateo (67%), la descarga de música (44%) y la interacción de los juegos en red (37%).
El perfil es urbano. La mayoría de estos jóvenes también se interesan por los superhéroes y los animes. No han dejado los videojuegos, el PlayStation y el fútbol internacional. Todos son rockeros y algunos le entran al pogeo y el hiphop. Así, exigen cambios de tecnologías del ocio. Cada tres años debe haber algo nuevo y mejor que lo anterior. Cierto, son adolescentes y la política era un discurso arbitrario. Pero por circunstancias de orden lúdico, llegó el cambio. La Generación No, es indignada y digital, dicen. Ante un estímulo refractario crean inmediatamente secuencias de respuesta que va desde un “meme” hasta un plantón, luego a un flashmob y la marcha. Ahora se le dice “colectivos” y les disgusta que se les llame “masa”. Son ciudadanos, dicen. Lejos están las tribus pasionales llamadas ‘barras bravas’ que adquieren características de turba irreflexiva. Y casi en el recuerdo los jóvenes ‘alpinchistas’, los ‘quechuchistas’ y los ‘pasapiolistas’. Los escucho y paro la oreja más. Y arrastraban un hastío de vivir. Los jóvenes hoy han pasado de esa zona de confort y se han unido a la protesta para mostrar su indignación.
Luego de la protesta callejera del 17 de julio, Sigrid Bazán, líder de estudiantes de la Universidad Católica e integrante del comité político del Partido Socialista ha dicho que el interés de otros jóvenes creció y ha incrementado el número de activistas espontáneos. Y es que a través del Facebook se han creado muchos grupos para la coordinación para ver temas de seguridad, principalmente con los chicos que se suman independientemente. Así, el uso de Twitter es fundamental para la difusión de movilizaciones. La generación No utiliza desde la una tablet pasando por un iPhone o un Galaxy. Son sus herramienta de trabajo, socialización y diversión. Con el MSN conversan, acuerdan, se pelean y hoy se cuidan”. Es cierto, pero es más, digo yo.
Las protesta siguieron en la Plaza Dos de mayo. Es viral. A cada convocatoria, y van tres, el doble de indignado. “Cosas importantes están pasando en el Perú; un país pasivo y sumiso es el escenario perfecto para todo tipo de atropello e injusticia; mañana desde las 9 a.m. habrá un grupo grande de artistas en la plaza reclamando por los derechos de todos con la única arma que tenemos y sabemos usar, el arte”. Así dice la joven actriz Noelia Mejía. Los veo contentos y activos. Alguien habló de Camila Vallejo en Chile. Ese es otro país. Después de todo, somos conservadores. Ipso Apoyo en su última encuesta sobre matrimonio gay, aborto y marihuana muestra un rechazo total. El 96% en contra. Los jóvenes tienes otra verdad. Esa es laque vale. Mafer me lo ha dicho.
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