google42f3ca3d0a624984.html SIETE DIAS CASMA: SE REQUIERE UN RESCATE ETICO EN ESPAÑA

viernes, 1 de junio de 2012

SE REQUIERE UN RESCATE ETICO EN ESPAÑA

España necesita un rescate ético

España necesita un rescate ético, que alguien coja una escoba gigante y limpie las instituciones de mequetrefes, cobardes y mangantes. No solo deberían ir a la cárcel, al menos a juicio, los banqueros y auditores que han hundido cajas, falseado cuentas; también, los políticos que los colocaron en posiciones que excedían en mucho sus méritos porque les garantizaban obediencia, liquidez.
Los que se declaran demócratas de toda la vida, y los que presumen de oposición a la dictadura, deberían recordar que están traicionando la esperanza de millones de personas que lucharon y sufrieron por un sistema mejor, libre y justo, como canta el gran Labordeta.
Lo expresaba Forges en una viñeta genial hace unos días: “España no tiene Mafia porque no la necesita”. Nuestra versión es más presentable, lleva corbata, actúan en bandas con siglas políticas intercambiables, y se cubre las espaldas. Hay excepciones, por supuesto, pero se ven poco.
La mayoría no entra en la política para servir a sus vecinos, para mejorar su pueblo o ciudad, para trabajar por la comunidad autónoma o por el Estado, para aprobar las mejores leyes y seleccionar a los más capaces de pertenecer y dirigir instituciones señeras: el Constitucional, el Supremo, el Tribunal de Cuentas, el Banco de España…
RTVE es el síntoma de los problemas de este país, de su podredumbre intelectual y moral. Muchos entienden la política como una ocupación territorial en la que es lícito el pillaje. Se trata de una comandita de intereses partidistas y particulares que echa risas bajo palio, una cadena de irresponsabilidad que se mueve sin vigilancia policial ni jurídica, con una impunidad absoluta.
Miramos cada día la curva de la prima de riesgo -que de curva tiene poco, pues es un cohete- y esperamos el milagro, que venga un ser superior, extranjero, si es posible, para solucionar la crisis en un abracadabra. Somos el resultado de siglos de incompetencia, de apostar por los peores y exiliar a los mejores. De escoger a los amiguitos desplazando a los buenos. Ahora se van de nuevo los honestos a buscar trabajo en América Latina, Australia o en otros países europeos. No hay medidor que registre tanto despilfarro de talento.

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