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martes, 26 de noviembre de 2013

CRECER BIEN-----UNA FORMA DE LUCHAR CONTRA LA CORRUPCION

sociedad

Semillas contra la corrupción en Tailandia

Varias iniciativas buscan luchar contra los sobornos en las instituciones implicando los más jóvenes del país

Numerosos estudios alertan de que la corrupción se ha incrementado durante los últimos años en el país asiático

Varias iniciativas en Tailandia buscan luchar contra la corrupción educando a los más jóvenes. UNDP Thailand / Mark S. Cogan
Desde que era un niño, Radtasiri Wachirapunyanont convivió día a día con la corrupción. Para poder ir a la escuela, tenía que pagar a sus profesores y los pequeños sobornos a policías o funcionarios eran corrientes para su familia. El conocido popularmente como “dinero para el té”, el sobrepago por obtener ciertos servicios, especialmente de empleados públicos, está arraigado en la cultura tailandesa, como en las costumbres de buena parte de los países asiáticos. Ya entonces Rad, como lo conocen sus amigos, se mostró molesto con esta tradición. “La gente cree que los jóvenes también aceptamos la corrupción, pero no es cierto”, asegura el estudiante de Economía de 23 años.
Rad es uno de los miembros de la Red de Jóvenes Tailandeses contra la Corrupción, una de las iniciativas que se han organizado durante los últimos años en Tailandia para luchar contra la corrupción rampante en el país y que tienen como objetivo principalmente a las nuevasgeneraciones, aquellas que aún no se han resignado a los sobornos cotidianos. “Quizá ahora no podamos cambiar mucho, pero dentro de unos años, cuando nosotros tengamos una posición más elevada, será fundamental”, afirma el joven.
Según un estudio del instituto tailandés ABAC, más del 63 por ciento de la población en Tailandia ve con buenos ojos aceptar las extorsiones, siempre y cuando le beneficien, mientras que un 90 por ciento asegura haber tenido que pagar en el último año a funcionarios para obtener servicios. “El problema de la corrupción en Tailandia es crítico”, aseguró Noppadol Kannikar, el director del citado estudio, en un evento con la prensa. “La corrupción está ahora extendida porque la mayoría de los tailandeses hacen la vista gorda al origen de esa corrupción”. Muchos ciudadanos justifican los sobornos por el magro salario que cobran los funcionarios públicos, poco más del salario mínimo, unos 240 euros al mes. Los expertos apuntan, sin embargo, a que perjudica a la economía ya que incrementa el precio de las transacciones entre un 30 y un 50 por ciento.
La red, que nació al calor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Tailandia, ha sido una de las iniciativas con más éxito y cuenta ahora con más de 4.000 seguidores de unas 90 universidades diferentes del país. Sus miembros organizan eventos y conferencias para concienciar a los estudiantes sobre cómo hacer frente a las demandas de dinero. “Cuando se habla sobre corrupción en Tailandia, la gente no piensa en sí misma, en lo que ellos pueden hacer para evitarla, sólo en culpar a otros”, asegura Kwanpadh Suddhi-Dhamakit, responsable de la iniciativa de la ONU. “Nosotros queremos recalcar esa responsabilidad individual de cada uno”, continúa.
La ONU no ha sido la única que ha puesto el punto de mira en la población más joven. El propio gobierno acaba de iniciar un programa en los últimos cursos de las escuelas tailandesas. Transparencia Internacional se ha centrado en los más pequeños, de 3 a 11 años, con suprograma “To Pai Mai Gong” (Crecer Bien) que ha diseñado cursos y materiales especializados para enseñar a los niños a rechazar los sobornos. La tarea no es sencilla. A pesar de tener un grado de aceptación menor que los adultos, los jóvenes ya tienen la tradición arraigada. Según un estudio de la International Association for the Evaluation of Educational Achievement (Asociación International para Evaluar los Resultados Académicos), un 71 por ciento de los jóvenes de 13 años cree que es correcto pagar sobornos a funcionarios y la mitad considera que la lucha contra la corrupción es sólo un asunto de adultos. “Sólo cuando la gente se preocupe por el problema y quiera ser parte se podrá solucionar”, asegura Sayuti Salam, otro de los jóvenes que combate la corrupción, en este caso en el sur del país, una región a la que se añade la inseguridad provocada por un conflicto que se ha cobrado más de 5000 víctimas desde 2004.
Las redes sociales y los eventos públicos son algunas de las principales herramientas que tienen los jóvenes en Tailandia para luchar contra la corrupción. UNDP Thailand / Mark S. Cogan
Como en tantos otros países, el acceso a las redes sociales y a tecnologías baratas para grabar y realizar fotos se ha convertido en otra arma de lucha. El canal Youtube alberga cada semana casos nuevos de funcionarios pillados in fraganti y en los perfiles de Twitter y Facebook los usuarios se quejan por las demandas de dinero. Las autoridades aún reaccionan sólo ante aquellos casos que ocasionan mayor revuelo, como ocurrió el pasado mes de mayo, cuando un policía fue suspendido después de haber sido grabado aceptando sobornos de conductores.
Pero los esfuerzos no se han traducido de momento en un descenso de la corrupción en el país. En el último informe de Transparencia Internacional, uno de los principales indicadores sobre este asunto, Tailandia había caído en un sólo año ocho posiciones, situándose en el puesto 88, a pesar de que el número de países incluidos en el estudio se había reducido. Una situación que empeora tan rápidamente que las pequeñas semillas que se están plantando entre la población joven podrían germinar demasiado tarde.

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