Nueva alianza periodística de América Latina
ALiados: Nace red de medios digitales independientes
Publicado: 18.06.2013
Diez
medios digitales de América Latina, entre los que se encuentra CIPER,
han decidido asociarse para reforzar un periodismo cuya marca está
ligada a altos estándares de calidad, independencia y rigurosidad. La
nueva red la integran: Agencia Pública (Brasil), Animal Político
(México), CIPER (Chile), Confidencial (Nicaragua), El Faro (El
Salvador), El Puercoespín (Argentina), IDL-Reporteros (Perú), La Silla
Vacía (Colombia), Plaza Pública (Guatemala) y The Clinic (Chile).
Reunidos en Buenos
Aires, directores de los 10 medios digitales independientes de América
Latina de mayor penetración, acordaron crear una red que fortalezca la
cooperación mutua y se asocie en la búsqueda de nuevas vías de
financiamiento para estos proyectos editoriales.La red, cuyos medios suman millones de lectores y una amplia presencia en sectores clave de la opinión publica de sus países, apostará por buscar nuevas vías de sostenibilidad que permitan afianzar el nuevo periodismo que ya se practica en estos medios y que le ha valido reconocimientos dentro y fuera de sus países. Se trata de periodistas y medios cuyo trabajo se ha proyectado a todo el mundo hispanoparlante por su calidad y que venían desde hacía años explorando distintas vías de cooperación para ampliar el radio y el impacto de sus investigaciones.
Al encuentro asistieron periodistas con larga trayectoria en medios tradicionales y quienes, desde hace algunos años, apostaron por el mundo digital y por la libertad que ofrece. “Nosotros expresamos nuestra común voluntad de asociarnos en una organización que busque contribuir a la sostenibilidad y mejor desarrollo de sus miembros”, plantea el documento firmado por: Natalia Viana (Agencia Pública), Daniel Moreno (Animal Político), Mónica González (CIPER), Carlos Fernando Chamorro (Confidencial), Carlos Dada (El Faro), Graciela Mochkofsky y Gabriel Pasquini (el puercoespín), Gustavo Gorriti (IDL-Reporteros), Juanita León (La Silla Vacía), Martín Rodríguez Pellecer (Plaza Pública) y Patricio Fernández (The Clinic).
El acuerdo también subraya que a estos medios los une, antes que nada, una forma de entender el periodismo: “nos identifican los más altos estándares de calidad profesional, la transparencia de procedimientos, la independencia de criterio respecto de poderes políticos y económicos, y la rigurosidad fáctica” con que informamos sobre realidades de América Latina y el mundo, “de un modo en que no lo hacen los medios tradicionales de la región”.
“Aliados a la vanguardia tecnológica y fortalecidos por la cooperación mutua con la que aquí nos comprometemos, confiamos en ampliar aún más el impacto y la influencia que nuestro trabajo ya tiene en vastos e importantes sectores de la opinión pública latinoamericana”.
Los medios firmantes son:
Agencia Pública, Brasil: Apuesta al periodismo de investigación sin fines de lucro para mantener su independencia. Es pionera en su tipo en Brasil. Los principales temas que aborda son las violaciones a los derechos humanos en la dictadura militar, las mega-inversiones en el Amazonas, la corrupción en el fútbol y los preparativos para el Mundial 2014 en Río de Janeiro.CIPER, Chile: El Centro de Investigación Periodística es una fundación sin fines de lucro, independiente de partidos y grupos económicos y religiosos. Fue creada en mayo de 2007 para desarrollar un sitio web con reportajes de investigación, cuyo foco es la fiscalización del poder y la profundización de la democracia según principios de máxima calidad. En la actualidad combina su portal web con programas de televisión y la edición de libros. Su fundadora y directora es la periodista Mónica González.
Confidencial, Nicaragua: Fundado en 1996 como un semanario de información y análisis, especializado en política, economía y negocios, desde el 2010 se transformó en un diario digital interactivo, manteniendo su edición impresa. Lo dirige el reconocido periodista Carlos Fernando Chamorro, ex director del diario Barricada, periódico del Frente Sandinista durante la revolución nicaraguense. Se enfoca en noticias de actualidad, crónicas, reportajes e investigaciones, promoviendo la fiscalización del poder y el debate público. Su redacción, joven, talentosa, e innovadora, se despliega en una plataforma multimedia haciendo sinergia con los programas televisivos Esta Semana y Esta Noche. Más sobre Confidencial, aquí.
El Faro, El Salvador: nació como periódico digital en 1998, casi una década antes de que la revolución digital absorbiera a la industria periodística. Surge en uno de los países más pobres y desiguales de América Latina, que acababa de salir de una cruenta guerra civil, y donde, una década después, apenas el 13% de la población está conectada a Internet. Sus fundadores, Carlos Dada y Jorge Simán, no tenían los recursos para fundar lo que en verdad querían: un diario de papel. Su modelo es el periodismo político crítico del poder.
El Puercoespin, Argentina: Revista digital fundada en 2010. Publica grandes textos sobre política, periodismo y cultura. Sus directores, Gabriel Pasquini, Graciela Mochkofsky fueron los convocantes del encuentro de medios. Pasquini define la revista de esta manera: “Intentamos buscar historias que vayan más allá de la noticia diaria o incluso de la crónica bien escrita pero efímera o banal: buscamos aquellas historias -escritas, fotografiadas, grabadas o filmadas- en las que un antropólogo o un historiador del futuro podrían encontrar algunas claves sobre nuestra época”.
IDL-Reporteros, Perú: Fundado y dirigido por Gustavo Gorriti, uno de los periodistas más reconocidos de Perú, autor de una aclamada investigación sobre Sendero Luminoso. IDL-Reporteros es un sitio de periodismo de investigación sin fines de lucro que aborda fundamentalmente los temas de corrupción política y corporativa, crimen organizado, narcotráfico. Es socio del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Sus revelaciones sobre casos de corrupción y abuso de poder han tenido un alto impacto en su país. Más sobre IDL-Reporteros, aquí.
La Silla Vacía, Colombia: uno de los principales medios sobre la realidad política colombiana. Es un sitio que se concentra en relevar y analizar cómo se ejerce el poder en Colombia, cómo se toman las decisiones que afectan a sus ciudadanos y cuáles son los intereses e ideas detrás de estas. Es un referente ineludible para cualquiera interesado en la política colombiana. Su fundadora y directora, Juanita León, es una de las periodistas más respetadas de Colombia.
Plaza Pública, Guatemala: Es un medio online de análisis, investigación y debates, fundado en 2011 por la Universidad Rafael Landívar. Se enfoca en contar las dinámicas del poder y las dinámicas que atentan contra la dignidad de las personas. Apuesta por la innovación y la vanguardia y cree en el papel de la comunidad de lectores como garantes de la independencia y la calidad del medio. Intenta combinar rigurosidad, profundidad y una escritura amena. Su director es Martín Rodríguez Pellecer y cuenta con un equipo muy comprometido de 15 profesionales, 7 estudiantes y 30 columnistas.
The Clinic, Chile: semanario chileno que se caracteriza por mezclar la sátira y el humor político con la crítica social. Nació en 1998 como un panfleto, para mofarse del ex dictador Augusto Pinochet, por entonces detenido en la clínica londinense The London Clinic –que lleva en su fachada el nombre: The Clinic–. Hoy es la revista más leída de Chile, y su sitio web es muy popular. Su director y co-fundador, Patricio Fernández, es autor de varios libros, el más reciente un diario personal/político sobre Chile entre 2009 y 2012.
Esta es la declaración íntegra de Al Maitén
Declaración de Al Maitén
15 de junio de 2013Nosotros, medios periodísticos reunidos en la ciudad de Buenos Aires el 15 de junio de 2013, expresamos nuestra común voluntad de asociarnos en una organización que busque contribuir a la sostenibilidad y mejor desarrollo de sus miembros, que se identifican con los más altos estándares de calidad profesional, la transparencia de procedimientos, la independencia de criterio respecto de poderes políticos y económicos, y la rigurosidad fáctica con que informan sobre realidades de América Latina y el mundo de un modo en que no lo hacen los medios tradicionales de la región.
Aliados a la vanguardia tecnológica y fortalecidos por la cooperación mutua con la que aquí nos comprometemos, confiamos en ampliar aún más el impacto y la influencia que nuestro trabajo ya tiene en vastos e importantes sectores de la opinión pública latinoamericana.
Firman:
Daniel Moreno (Animal Político, México) – Natalia Viana (Agencia Pública, Brasil) – Mónica González (Ciper, Chile) – Patricio Fernández (The Clinic, Chile) – Carlos F. Chamorro (Confidencial, Nicaragua) – Carlos Dada (El Faro, El Salvador) – Gustavo Gorriti (IDL-Reporteros, Perú) – Juanita León (La Silla Vacía, Colombia) – Martín Rodríguez Pellecer (Plaza Pública, Guatemala) – Gabriel Pasquini (El Puercoespín, Argentina) .
Sexo Sentido
Síndrome del hombre casado
Algunos tienen la creencia errónea de que como ya están casados y/o juntados, no existe la posibilidad de que los abandonen
Foto: Melanie Holtsman/Flickr.com/Creative Commons
En términos generales, el noviazgo es el mejor momento de la relación: No hay responsabilidades, ni cuentas, ni grandes preocupaciones. Estamos enamorados y lo único que hacemos es hacer visita y divertirnos juntos.
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Sexo Sentido
Síndrome del hombre casado
Algunos tienen la creencia errónea de que como ya están casados y/o juntados, no existe la posibilidad de que los abandonen
Foto: Melanie Holtsman/Flickr.com/Creative Commons
En términos generales, el noviazgo es el mejor momento de la relación: No hay responsabilidades, ni cuentas, ni grandes preocupaciones. Estamos enamorados y lo único que hacemos es hacer visita y divertirnos juntos.
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Sexo Sentido
Síndrome del hombre casado
Algunos tienen la creencia errónea de que como ya están casados y/o juntados, no existe la posibilidad de que los abandonen
Foto: Melanie Holtsman/Flickr.com/Creative Commons
En términos generales, el noviazgo es el mejor momento de la relación: No hay responsabilidades, ni cuentas, ni grandes preocupaciones. Estamos enamorados y lo único que hacemos es hacer visita y divertirnos juntos.
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Sexo Sentido
Síndrome del hombre casado
Algunos tienen la creencia errónea de que como ya están casados y/o juntados, no existe la posibilidad de que los abandonen
Foto: Melanie Holtsman/Flickr.com/Creative Commons
En términos generales, el noviazgo es el mejor momento de la relación: No hay responsabilidades, ni cuentas, ni grandes preocupaciones. Estamos enamorados y lo único que hacemos es hacer visita y divertirnos juntos.
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
Si las cosas van bien, generalmente la cosa se pone seria y nos unimos más formalmente, ya sea en matrimonio formal o en unión de hecho. El cambio de estatus, nos hace cambiar nuestra percepción de nuestro rol en la relación de pareja, ya no me comporto como la novia o el novio, sino como la esposa o el marido.
En el caso de los hombres, este cambio incluye una serie de comportamientos característicos de esta nueva etapa, que me gusta llamar el Síndrome del Hombre Casado o SHC. El SHC se diagnostica cuando el hombre:
Deja de cuidar su apariencia y sus modales: Es decir, se suelta con el peso y con los pedos. Es cierto que la mujer también lo hace, pero el hombre tiende a hacerlo más rápido. Mantenernos atractivos y agradables para nuestra pareja juega un papel importante en el deseo sexual y en el gusto general que tenemos el uno por el otro. Estos dos aspectos se cuidan celosamente en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Duerme en exceso cuando está con la pareja: “es que vos me relajas” dicen, como que su pareja fuera un té de tilo. La prueba de que es SHC y no otra cosa es que cuando es el juego de fútbol o la fiesta con los amigos, no les da sueño. Todo el tiempo que pasamos juntos sea durmiendo o echados viendo TV merma el tiempo que tenemos para conectarnos emocionalmente, hablar de nuestras cosas y hacer otras actividades. Esto aburre. Nadie conquista a otra persona durmiendo y viendo TV únicamente. Si se toma el tiempo de hacerlo en el noviazgo, ¿por qué no en el matrimonio?
Se acomoda: deja de esforzarse. ¿Cómo conquisto a la mujer? Con esfuerzo. Habló, la escuchó, la sacó a pasear, a hacer cosas bonitas, la piropeo. Todo esto se acaba cuando el hombre casado se acomoda.
No quiere hablar de problemas: “Todo es reclamo con vos”, “¿para qué vamos a hablar?”. No toma en cuenta las incomodidades de su pareja. No hay que ir detrás de cada queja, pero si tomarlo en cuenta.
El SHC tienen como origen la creencia errónea de que como ya me casé/fui a vivir juntos, ya no tengo que hacer esfuerzo porque el matrimonio es para siempre por tanto no existe la posibilidad de que la persona me deje.
Ésta creencia errónea, nos lleva a dejar de hacer todas las cosas que enamoraron en primer lugar a la persona y entonces surge una sensación de estafa.
El miedo a que toda relación puede acabarse, manejado con sabiduría es de ayuda en este sentido. Este miedo, mal llevado nos lleva a la indiferencia: “si se puede acabar, para que me esfuerzo” y entonces más rápido se va a acabar. Pero desde la sabiduría nos impulsa a cuidar nuestra relación todos los días.
Finalmente, si yo no cuido mi relación y a mi pareja, existe la posibilidad de que alguien más lo haga por mí, ¿Quiero eso? Si no es lo que quiero, entonces ¿Qué me voy a motivar a hacer todos los días, no solo de vez en cuando, para cuidar mi relación?
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