Economía La 15 Conferencia Anual de la Oficina de las Naciones Unidas para el Desarrollo Nacional (ONUDI) rompe fuegos en la capital a partir de este fin de semana.
Cómo es la Nuez
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Acertijo Industrial. Ban Ki – moon, Secretario General de las Naciones Unidas, rumbo a Lima.
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La industrialización de las economías emergentes como un poderoso catalizador del desarrollo será discutido al más alto nivel en la Conferencia General la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial entre el 3 y 6 de diciembre próximo, en Lima. Al evento se espera la llegada de una treintena de ministros de Industrias de Latinoamérica y el África, Asia y Europa.
El mismísimo Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki – moon inaugurará la 15 Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial en Lima, el próximo lunes 2.
El evento en la capital peruana será la primera conferencia anual de la ONUDI que se celebrará fuera de Viena en los últimos 20 años.
Las llamadas economías emergentes como la peruana han experimentado un singular dinamismo, en contraste a la crisis financiera y recesión económica que castigan a los países industrializados desde 2008.
Las economías emergentes han sido favorecidas por el ciclo espectacular de altos precios de productos primarios como los minerales y el petróleo, y el surgimiento de la economía de China como ficha clave en el tablero mundial. Las altas tasas de crecimiento de muchos países en desarrollo pese de la profunda crisis económica de los países industrializados es un fenómeno inédito en la historia.
Normalmente si EE.UU. se resfriaba, América Latina estornudaba.
REVOLUCIÓN CIBERNÉTICA
Ahora, la Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) aspira en Lima relanzar la agenda industrial y recuperar el tiempo perdido.
El ciclo neoliberal a partir de 1990s desmontó las barreras arancelarias que frenaban el comercio internacional y arrasó los planes industriales en nombre de laisser faire.
La era de la informática a su vez ha trastocado los métodos de producción tradicionales, revolución industrial que representa un mayúsculo desafío para las economías pobres.
El calentamiento global demanda a su vez la revolución de los métodos productivos que incorporen tecnologías nuevas ecológicas y sustentables.
De hecho, la Conferencia General de la ONUDI en Lima se titula “Hacia la formación de alianzas para una nueva revolución industrial que promueva un crecimiento inclusivo y sostenible”.
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El Perú rankea en cuanto al desarrollo de tecnologías de la información al mismo nivel que los países africanos.
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DESARROLLO INDUSTRIAL
Subyace en la propuesta una verdad de Perogrullo: el crecimiento económico no es necesariamente sinónimo de desarrollo, así como tampoco la industrialización.
La decisión de la Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial de celebrar su conferencia a Lima es un reconocimiento de las crecientes desigualdades entre los países.
También la convicción de que el salto a la industrialización es un mecanismo para la generación de empleo calificado, estable y mejor remunerado; pero que exige no solo políticas nacionales sino mundiales.
Alistan maletas los representantes de los principales bloques económicos mundiales, desde la Unión Europea hasta la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) y los BRICS (Brasil, Rusia, India y Sudáfrica).
Y también la Comunidad Económica de los Estado de África Occidental y el Grupo de Estados de África, el Caribe y el Pacífico (ACP), entre otros.
Desde los tigres asiáticos hasta el novel jaguar andino peruano.
CADENAS PRODUCTIVAS REGIONALES
Habrá dos reuniones el fin de semana claves en el marco de la conferencia de la ONUDI. La primera, de los países menos desarrollados del mundo, convoca a los representantes de 45 países del África y uno caribeño, Haití.
Los países africanos más paupérrimos tienen proyectado crecer a tasas económicas asiáticas en los próximos años, favorecidos por el bono demográfico y los buenos precios de los commodities.
La segunda reunión convocará a 14 ministros de Industrias de América Latina y el Caribe, en busca de complementariedades y una mayor integración industrial en cadenas productivas, para vender al mundo.
Las economías latinoamericanas coinciden todas en acelerar los procesos de industrialización propios, capitalizando en valor agregado la bonanza imperante. El país anfitrión, Perú, está convencido que las alianzas interregionales serán un catalizador del proceso.
“El Perú se ha abierto al mundo mucho más que otros países de la región y puede ser un hub para la salida de esos productos intermedios”, sostuvo la ministra de la Producción Gradys Triveño.
BRECHA TECNOLÓGICA
El desafío de las economías emergentes es pegar el salto de economías sustentadas en productos primarios a economías industrializadas.
La creciente brecha tecnológica es uno de los principales escollos para avanzar en la dirección de mayor valor agregado en la producción.
A pesar de que el Perú es una de las economías de más acelerado crecimiento en el 2013 en América Latina, se mantiene colero en el ranking mundial de tecnologías de información (ver cuadro).
El Perú rankea en el puesto 106 a nivel mundial en tecnologías de información, mientras que Chile, el primero en el contexto latinoamericano, figuró en el puesto 39; Brasil en el 65, Colombia en el 73, México en el 76 y hasta Guatemala en el 98.
El profundo atraso tecnológico peruano es la punta del iceberg del rezago de nuestro país en la educación a todo nivel y una enorme interrogante sobre nuestra posibilidades de desarrollo futuros.
También un dramático reflejo de la atomización y precariedad del sector manufacturero nacional: solo 40 empresas manufactureras están entre las principales contribuyentes (PRICOs); el 99% de la producción manufacturera está en manos de micro y pequeñas empresas.
Según encuestas de Produce –“los resultados son terribles”, admite Triveño–, la inversión en investigación e innovación tecnológica en el llano apenas es 0,1% de su volumen de ventas.
MATRIZ PRODUCTIVA ESTANCADA
Lima fue sede de la segunda conferencia de la ONUDI, en 1975.
La Declaración de Lima de entonces estableció que los países sub- desarrollados debieran tener un 25% del PBI de productos manufactureros.
“No hemos cumplido con la declaración”, afirmó la ministra Triveño. “Nuestro PBI manufacturero es alrededor de 14%”.
Así, la foto de la matriz productiva peruana 1975 – 2013 es casi la misma que cuatro décadas atrás, aún muy dependiente de la explotación de recursos naturales y su exportación en bruto.
Ello a pesar del cambio copernicano de la política económica peruana. En 1975, el Perú y el resto de la región latinoamericana apostaba a la sustitución de importaciones e imperaban altas barreras arancelarias.
Ahora, el Perú es una de las economías más abiertas al mundo en la región, con tasas de aranceles promedio de apenas 2 por ciento, y 17 acuerdos de libre comercio suscritos.
CARRETERAS SIN PRODUCTOS
Pero la Cámara de Comercio de Lima cuestionó recientemente los presuntos beneficios de los tratados de libre comercio, puesto que este año de vacas flacas, las exportaciones a 11 de los 17 países con los que suscribieron TLC, cayeron.
“Si el consumo de contrae, obviamente eso afecta a los proveedores”, explicó la ministra de la Producción. “Eso es natural y puede hacer que no se visibilice la importancia de los TLC. Muchas ellas son solo carreteras y lo que no tenemos son qué cosas llevar por esas carreteras”, describió.
Así, cómo establecer alianzas regionales para estructurar cadenas productivas con mayor valor agregado a nivel latinoamericano para exportar al resto del mundo será uno de los nervios de la conferencia del ONUDI.
PLAN NACIONAL DE INDUSTRIAS
El Perú confiaba presentar el Plan Nacional de Industria en la conferencia general de la ONUDI, pero lamentablemente no está listo.
El presidente Ollanta Humala ha sido explícito en avanzar en el proceso de industrialización y diversificar la estructura productiva peruana en base a las ventajas comparativas como minería, pesca, forestaría y agroindustria.
Aspira crear clusters de industrias secundarias alrededor de nuestras riquezas naturales. El plan deberá atender el déficit de incentivos, tecnología, costo del crédito y mano de obra calificada.
El Plan Nacional de Industria saltó a la palestra a mediados del presente año, impulsada por la Sociedad Nacional de Industrias. El gremio hizo una serie de propuestas, la más ambiciosa de todas, la reducción sustantiva del Impuesto a la Renta. Sin embargo, la ministra de Producción, Gladys Triveño, fue enfática con CARETAS en descartar una modificación en la estructura tributaria.
“No está dentro de los instrumentos e incentivos que estamos analizando”, descartó Triveño. “Lo que no significa que hayamos tenido una mente abierta para verlo todo; lo que pasa es que el contexto económico nacional y mundial no es el mismo”, explicó.
La ministra de Producción tampoco adelantó los componentes del Plan Nacional que Humala probablemente anuncie a inicios del próximo año. El reto es mayúsculo y crecientemente complejo.
DECLARACIÓN DE LIMA
El año pasado, la ONUDI estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que proporcionarían un nuevo marco para el desarrollo mundial una vez cumplido el plazo el 2015, a fin de garantizar que el desarrollo industrial recibiera el reconocimiento que merecía como poderoso catalizador del desarrollo sostenible.
En ese marco, el Perú, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y México son países pioneros en el diagnóstico del “crecimiento ecológico” en una escala ideada por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Corporación Andina de Fomento (CAF)
Por lo pronto, el Presidente entregará en manos del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki – moon, la nueva Declaración de Lima. El documento identifica el desarrollo industrial como objetivo primordial de un país que aspira a la modernidad.