Tumbes y el ranking tramposo de los que más (o peor) gastan
Ejecución Presupuestal: el torneo en el que el campeón no es el que más goles anota o más victorias consigue, sino el que contrata a los peores y más gasta.
Publicado: Hace 50 minutos
Imaginémonos 25 equipos de fútbol participando en un torneo en el que los “mejores” equipos, es decir, los que lideran el campeonato, no son los que más puntos han hecho por las victorias logradas, o la mayor cantidad de goles anotados, sino los que más gastan el dinero de los socios, los hinchas y el público en general, en el mantenimiento de la cancha donde juegan, y en la contratación de jugadores cada día más caros y, para colmo, malos.
¿Tendría sentido participar en un torneo así y sentirnos felices por el inminente subcampeonato? No, ¿verdad? Pues algo así es lo que a la mayoría de las “autoridades políticas” de los gobiernos regionales y locales les está pasando, con la cómplice mirada –en la mayoría de los casos- de los propios congresistas de dichas jurisdicciones electorales, y los estoicos y poco útiles esfuerzos de la Contraloría General de la República.
La agencia de noticias del gobierno acaba de publicar una nota titulada “Pasco, Tumbes y Lima son las regiones con mayor avance en ejecución de inversiones”, con cierto rebote en otros medios, basándose en un “estudio” elaborado por la oficina del congresista Juan Carlos Eguren, quien les habría mencionado que dichas regiones han sido las que tuvieron un avance de ejecución presupuestal superior al 60%. Pasco lo lidera (77.2%), delante de Tumbes (69.8%), Lima Provincias (66.6%), Callao (63.2%) y Huancavelica (63.2%).
El “estudio” al que hago referencia, es uno más de tantos documentos que describen un hecho concreto: cada día las instituciones públicas hacen sus mayores esfuerzos por gastar más, a costa incluso del cumplimiento cabal de la ley; pero no mejor.Si no fuera porque conozco muy de cerca la realidad de Tumbes, probablemente el resultado de tal “estudio” me parecería importante y muy alentador. Pero conozco esta tierra, porque a ella pertenezco. Lejos de resultar dicho documento una herramienta útil para el análisis del crecimiento de nuestro país, termina siendo algo parecido a un buen edulcorante artificial que a duras penas puede cambiar – por un ratito- el amargo sabor que las poblaciones de regiones como Tumbes tienen que soportar día a día, sintiendo cada día más la ausencia del Estado.
El “estudio” al que hago referencia, es uno más de tantos documentos que describen un hecho concreto: cada día las instituciones públicas hacen sus mayores esfuerzos por gastar más, a costa incluso del cumplimiento cabal de la ley; pero no mejor. El congresista Eguren afirma que este informe demuestra que “tenemos regiones que ejecutan bastante bien como Pasco, Tumbes, y Lima”; destacando de entre muchos factores a “la eficiencia”, como “la capacidad para convocar talentos y retener buenos técnicos y profesionales, además del liderazgo de un presidente regional o un alcalde”.
¿Qué eficiencia?, ¿Qué liderazgo?, me pregunto. La que no existe; el que ninguna autoridad política tiene.
Acaso por “eficiencia” debemos entender (en su acepción más limitada) la sola capacidad de disponer de “algo” (el dinero de todos) para conseguir como propósito “demostrar” mayor capacidad de gasto. Porque si es así, entonces ni para qué recordar el rosario de irregularidades que semana a semana los pocos diarios opositores de esta maltratada región todavía denuncian en sus portadas.
Hace poco más de 3 meses la Contraloría General de la República titulaba una nota de prensa “Gobierno Regional de Tumbes habría favorecido a contratista y ocasionado perjuicio por más de 9 millones de soles”, dando cuenta de serias irregularidades para favorecer indebidamente “a una empresa contratista que no culminó obras de agua potable, pese a haber recibido pagos adelantados y habérsele reconocido irregularmente una liquidación mediante proceso arbitral, ocasionando a la entidad regional un perjuicio económico” ascendente a dicho monto.
Si cosas como estas deben ser entendidas como ejecución presupuestal “eficiente”, pues mañana mismo abramos los penales y saquemos a los malhechores y a los pocos delincuentes de saco y corbata que guarecen tras las rejas, para ponerlos a trabajar en el gobierno regional.En este caso en concreto, la empresa fue contratada para la obra “Mejoramiento y ampliación del sistema de agua potable de los distritos de Corrales, San Jacinto, Pampas de Hospital y San Juan de la Virgen…” de Tumbes, por 17 millones y medio de soles, pero debido a un incumplimiento de plazos en los avances de las obras, y otras perlas más, se decidió resolver el contrato; determinándose que de los 10 millones entregados como adelanto, casi 7 millones no fueron ejecutados (El Comercio).
Estos 7 millones más un monto de 2 millones y medio de soles, que habrían sido pagados de forma irregular, según informa la Contraloría, dan el monto del perjuicio económico que se habría producido en contra del Gobierno Regional de Tumbes… mejor dicho, de los tumbesinos beneficiarios de dicho proyecto.
Si cosas como estas deben ser entendidas como ejecución presupuestal “eficiente”, pues mañana mismo abramos los penales y saquemos a los malhechores y a los pocos delincuentes de saco y corbata que guarecen tras las rejas, para ponerlos a trabajar en el gobierno regional.
Hubo ejecución de presupuesto, hubo gasto, claro que sí… el mismo que infla las cifras de las que se “fían” algunos para decididamente afirmar que las cosas en las regiones vienen mejorando. Nada más equivocado.
Deberíamos desterrar de estos parajes la absurda idea de que quien gasta más, hace más. Los diarios locales destacan denuncias y reclamos contra el Gobierno Regional de Tumbes por incumplimiento de pagos y paralizaciones de obras (Diario Correo), pero también anuncian, sobre la base de “estudios” como el comentado, que ocupamos el segundo lugar en cuanto a mayor ejecución presupuestal… y –lo peor- haciéndolo bien.
No podemos hablar, entonces, de una ejecución “eficiente” de presupuesto. Por el contrario, si hacemos correctamente el análisis y consideramos el avance de ejecución de inversiones declarado en el papel, con la realidad (...) la verdad sería contundente y penosaPor estos días pobladores del distrito de Zarumilla han hecho sentir su voz de protesta por la paralización de la construcción del centro de salud de su localidad, ante la falta de presupuesto; una obra que se inició hace 2 años y que hasta el día de hoy no se culmina. Y así también hay centenares de personas, exigiéndole al Gobierno Regional que se ponga al día en los pagos de la planilla, por diversas labores (Diario Correo).
No podemos hablar, entonces, de una ejecución “eficiente” de presupuesto. Por el contrario, si hacemos correctamente el análisis y consideramos el avance de ejecución de inversiones declarado en el papel, con la realidad; es decir, si nos diéramos el trabajito de verificar si tal o cual adquisición de bienes y servicios contratados por “X” soles, habría sido efectuada a satisfacción, o la ejecución de determinada obra por “X” millones de soles, ha sido concluida y entregada con la correspondiente liquidación por el mismo monto por el cual fue otorgada la buena pro… la verdad sería contundente y penosa.
Solo se ha considerado cuántos millones de soles se han gastado, del total de millones de soles que fue asignado en el presupuesto, sin importar cómo ni en qué se ha gastado; tampoco si aquello por lo que se gastó, fue o no entregado o cumplido. Muy triste, ¿verdad? Eso se percibe más bien como algo tramposo.
Si a la mayoría de políticos les hace feliz una cosa así, pues estoy seguro que a la mayoría de tumbesinos no. Porque de ninguna manera puede ser motivo de orgullo aparecer segundos en un ranking de verdaderos tramposos. Sinceremos las cifras, aclaremos los cuadros de ejecución presupuestal y hablemos del dinero que efectivamente ha sido gastado, pero que ha logrado alcanzar el fin o propósito por el cual se gastó; sin trampas.
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