Límites de lo Pragmático
El
desamor político no es quizá tan íntimo como el que congela y seca a
las parejas, pero hay un cierto parecido entre ese quiebre de afectos
con el triste ciclo que va de los entusiasmos arrebatados en los cierres
de campaña, cuando el triunfo se avizora, hasta las grises decepciones
de un tiempo después. Le ha tocado al presidente Humala sufrir
ahora la decepción del segundo año, la desilusión y el rechazo de la
gente y creo que eso le afecta más a él que a sus predecesores, aunque
esté comparativamente mejor en la resbalada estadística que la que
tuvieron en el mismo lapso Toledo y García.
V
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