13:52 - 25 Julio 2013
Tras 15 años de lucha, la corrupción de los patriarrojas ha llegado a su fin, sostiene hoy José Cedeño.
No es correcto, pero permítanme hablar
en primera persona. Este artículo estaba destinado a resaltar la
respuesta popular, espontánea, contundente, acaso iniciadora de un
movimiento de INDIGNADOS en nuestro país, frente a la escandalosa y
condenable repartija que se dio en el pozo séptico, aquél de los
coleópteros fecales que, sin interesarles la opinión de quienes los
eligieron, se repartieron cargos en instituciones tutelares como el
Tribunal Constitucional o la Defensoría del Pueblo o el BCR, con
políticos sumamente cuestionados, ora por corrupción, ora por violación
de derechos humanos o complicidad con la mafia que rompió la
institucionalidad del Perú.
Y complicidad es, verbigracia, lo que
arguyó Víctor Isla cuando manifiesta que no fue repartija sino la mejor
forma de armonizar un acuerdo que tenía muy enfrentadas a las diversas
bancadas; argüía que lo hacía en defensa de la democracia, para que el
Congrezoo sintonice con la población. ¡¡INSOLENTE ¿o ingenuo?!! ¿Es que
cree que la población es tan ignorante? El diario El País, de España, en
su portada de ayer, 24 de julio de 2013, publica que “las clases medias
peruanas se rebelan contra la corrupción”. Son noticia estos
coleópteros fecales.
Pero tan relevante suceso sólo podía ceder paso (provisionalmente) a lo que me emocionó muy profundamente, 15 años de lucha en las que hubo –emulando a Winston Churchill-
“sangre, sudor y lágrimas” han dado sus frutos: la corrupción de los
patriarrojas, es decir, de los azañeros-hornas-moncadas-torres y sucia
compañía, ha llegado a su fin. Un triunvirato de damas, único caso en la
historia de las universidades peruanas, ha vencido; ha ganado el
derecho de dirigir a la UNS. Y ha ganado tras un paciente, complicado,
pero arduo y persistente trabajo de tres lustros. Hubo, en ese lapso,
estudiantes expulsados y/o denunciados judicialmente, amedrentamientos,
acoso, amenazas, abusos de autoridad, contra estudiantes que osaban
alzar sus voces o contra docentes que mantuvimos nuestra frente en alto y
que NUNCA SUCUMBIMOS.
El diario Correo fue un vocero en esta
desigual lucha, a favor de quienes nunca arriaron banderas en búsqueda
de justicia y por mejora académica, por honestidad y robustecimiento de
una universidad llamada a liderar el desarrollo regional, una
universidad nacida desde las luchas del pueblo chimbotano y destinada a
seguir luchando por el desarrollo de este puerto, convirtiéndolo en el
faro de empuje.
Quienes llevamos en los genes esa mezcla
de dedicación académica con espíritu de lucha; quienes tenemos una vida
dedicada a formar jóvenes; quienes tenemos ello como convicción
mientras Dios nos otorgue la gracia de continuar nuestras vidas
dedicándolas a persistir en un cambio de nuestra sociedad; quienes
tenemos el derecho a trasmitir nuestra utopía a los jóvenes que pugnan
por un cambio; esos, el martes 22 de julio a las 11 de la mañana, nos
hemos emocionado, hemos disfrutado el triunfo de quienes siempre
pugnamos por un cambio.
El suscrito ya no es parte física de la
UNS, pues nuestra tarea hoy está en alguna parte de la selva peruana,
pensando en continuar en la búsqueda de la cristalización de esa utopía:
UNA UNIVERSIDAD NUEVA, democrática, popular, con solvencia académica,
capaz de tener a sus mejores hijos como protagonistas en la economía, en
la política y en la cultura y ciencia de nuestro país. Espiritualmente
estoy con mis hermanos santeños, esa reserva moral que hoy saborea el
triunfo y que, celosamente cuidará que no se vuelva al pasado; en el
lugar de donde estoy, sigo, paso a paso el transitar de la que siempre
será, también, MI UNIVERSIDAD, la UNS.
Congratulaciones América Odar, rectora;
felicidad Susana Gutiérrez, vicerrectora académica; éxitos Elza Aguirre,
vicerrectora administrativa, y que la vuestra sea una gestión memorable
en los anales de la Universidad Peruana. Un sincero abrazo.
José Cedeño León
Docente Principal de la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía
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