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lunes, 30 de septiembre de 2013

“Sería absurdo negar una pugna de egos entre San Martín y Bolívar”

Mauricio Vargas recrea el encuentro de ambos libertadores en Ahí le dejo la gloria (Planeta, 2013)

Publicado: 2013-09-16
Es conocido el encuentro que tuvieron quienes fueron los más ilustres personajes de la independencia en América, Simón Bolívar y José de San Martín. Sobre aquel encuentro, el escritor colombiano Mauricio Vargas ha pergeñado Ahí le dejo la gloria (Planeta, 2013), una interesante novela que busca dar más luces sobre aquel episodio histórico, a través de un relato literario.
Entrevista CARLOS M. SOTOMAYOR

Por un lado existe la historia novelada y por otro, la novela histórica. Tu apuesta es por la segunda…
Sí. La diferencia la veo en lo siguiente: un poco la historia novelada es atrapar una narración con los elementos que te pueden brindar los documentos y vestirla un poco, ponerle una cenefa, un vestido largo, maquillarla un poco. La novela histórica quiere decir que como escritor le entregas lealtad a la novela. Es decir, si tienes que tomar una decisión entre, por ejemplo, un episodio histórico con dos interpretaciones. Una es recogida por los historiadores, pero la otra te puede resultar más atractiva dramáticamente. Un poco como novelista vas a tender a buscar esta última. Ahora, lo puedes hacer, de hecho lo debes de hacer, pero en la medida que sea leal al conjunto del resto del la historia. Solo es creíble el vuelo del novelista en la novela si es coherente con los hechos históricos.
¿En qué momento decides que este tema del encuentro entre Bolívar y San Martín en Guayaquil era un tema para una novela?
Venía trabajando en la novela del Mariscal hace ya varios años. Sucre llega como avanzada de Bolívar a Guayaquil, y leyendo información me encuentro con ese episodio que todos quienes hemos ido al colegio nos lo han mencionado en algún momento como parte de la historia de nuestra independencia. Y estaba convencido que en la novela de Sucre podía incorporar los hechos de Guayaquil, pero justamente me doy cuenta que Sucre llega como avanzada pero se va. Y Bolívar viene a Guayaquil instigado por Manuelita a enfrentar la situación de Guayaquil. Pero Sucre no estaba. Entonces, la menciono la reunión de Guayaquil en la novela de Sucre, pero acumulé mucha información. Sucede que al igual que cuando uno cocina que va separando ingredientes para el plato siguiente. Entonces, cuando terminé la novela de Sucre sabía que lo que venía era la novela sobre lo de Guayaquil, con los ingredientes que ya había apartado.
Allí empiezas nuevamente a investigar…
A partir de allí ya arranco una investigación mucho más sistemática. Y veo qué le faltaba a la novela. Saber quiénes eran esos personajes que se encuentran. Pero no quiénes eran Bolívar y san Martín, sino quiénes eran ellos en julio del 22. Cuál es la curva vital, el proceso existencial. El proceso político y de maduración de la persona del líder.

Uno estaba en declive y el otro estaba en ascenso…
Exacto, uno estaba claramente en declive y el otro claramente en ascenso. Bolívar está en la puerta de su momento más glorioso. Está en pleno ascenso. Y San Martín es un hombre es un hombre que ya desconfía profundamente. Y allí encuentro finalmente la clave de la novela. En esa diferencia existencial de ambos personajes.
¿Y allí descubres el título?
Claro… Había encontrado la frase en el diálogo, pero no sabía que era el título. Hasta que digo: acá está la clave. Digamos, San Martín puede sonreír al pronunciar la frase en la que le deja la gloria. Y puede sonreír porque Bolívar no sabe lo que le están regalando y San Martín sí.
Se suele decir mucho sobre aquel encuentro. Incluso se habla de una pugna de egos encontrados.
Creo que sería absurdo negar que hay una pugna de egos, que hay un roce entre ellos. Pero si se hubiese dado un encuentro de ambos egos en el momento de mayor esencia de ambos. Pero gracias a Dios, si existe no hubo ego en el caso de San Martín. Eso permitió el desenlace feliz de la reunión, pero no feliz para ellos…
Sino para el proyecto independentista…
Claro, porque Bolívar está en la búsqueda de la gloria con el ego efervescente. Y ya San Martín es un hombre desilusionado, desconfiado de esos mismos fervores. Si ambos hubieran coincidido en un momento de alta efervescencia de egos, posiblemente el resultado podía haber sido una guerra. Y no es una especulación barata. Meses antes, San Martín desde Lima le dice al consejo de gobierno que le declaren la guerra a Colombia por un incidente, diferencias que ha tenido en cartas con Sucre, sobre la suerte de ese batallón argentino que San Martín envió a apoyarlos.

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