google42f3ca3d0a624984.html SIETE DIAS CASMA: CORRUPCION Y VIOLENCIA EN ANCASH

sábado, 4 de enero de 2014

CORRUPCION Y VIOLENCIA EN ANCASH

¿Es imposible cambiar el actual sistema de corrupción y de violencia en Áncash?, se pregunta hoy César Córdova.
Con la educación nuestra de cada día por los suelos y evidenciada en titulares vergonzosos en diarios y noticieros; con la atención pública centrada en frívolos programas televisivos con testimonios de adulterio, drogadicción y degradación moral de personajes mediáticos que influyen negativamente en el patrón de conducta de nuestros jóvenes; con los principales líderes políticos envueltos en escandalosos casos de corrupción y negociando impunidad a través de sus comisiones investigadoras en el Congreso de la República, y con altos oficiales denunciados y hasta presos por convivir descaradamente en el delito con organizaciones criminales, no causa mayor sorpresa la corrupción generalizada en todas las estructuras del Estado, en sus tres poderes y en sus tres niveles de gobierno.
Con la imagen de esta podredumbre en la mente del ciudadano de a pie, el camino se le hace cuesta arriba en su intento por revertir esta crítica situación moral. La indignación, entonces, cede lugar a su impotencia y se va resignando a convivir en este sistema; aceptando la coima, la violencia, el abuso y el aprovechamiento ilícito como algo natural, como parte obligatoria del quehacer político de una autoridad o gobernante que solo busca “recuperar” sus costosas inversiones hechas en campañas electorales, o de cualquier ciudadano o improvisado empresario con suerte que “sabe aprovechar las oportunidades que se le presentan”.
¿Es, en realidad, imposible cambiar el actual sistema de corrupción y de violencia en Áncash?
Si bien es cierto que este problema se observa a nivel nacional, en nuestra región se hace mucho más notoria y grave,  por la incapacidad y el comportamiento irresponsable de quienes la gobiernan y de sus ineficientes parlamentarios que la representan, que solo han buscado el provecho propio y no les ha importado para nada la creación de este escenario inseguro y de asquerosidad inmoral al cual nos han conducido, obnubilados por los millones de soles que desbordan nuestras arcas regionales.
¿Por dónde empezar a cambiar esto? ¿Por una profunda reforma del Estado? ¿Por modificar la Ley de Partidos Políticos? ¿Por una auténtica reforma educativa? ¿Por dotar de mayor presupuesto a los sectores de salud, educación y justicia? ¿Por inculcar de una manera más eficaz los valores y los principios morales en hogares, escuelas, colegios y universidades? ¿Por una regulación del Estado en los programas televisivos con alto contenido de sexo y drogas que promueven el morbo y el escándalo, altamente nocivos para nuestros jóvenes y niños?¿Por un mejor trabajo de los órganos de control del Estado? ¿Por una urgente reforma en el Poder Judicial?
El norte que debamos seguir y la agenda urgente en la que debamos poner nuestra atención para revertir esta situación, sigue a la espera de verdaderos líderes en nuestra región.
Mientras tanto, para los oportunistas que viven de la politiquería, cambiar este crítico escenario no significa su mayor preocupación y ante la proximidad de las elecciones regionales y locales, ya empezaron a comportarse como tales, ofreciendo regalos y enronqueciéndose en discursos demagogos y populistas. Se seguirán presentando como los salvadores, y el ciudadano de a pie, sin capacidad de reacción y consciente de su nula voluntad de cambio,  buscará entre los muchos de estos engatusadores, al que pueda trasladarsu tareacívica que él evade. La tarea de fiscalización, de participación ciudadana y de concientización a la que todo miembro de la sociedad civil está obligado a cumplir.
Y saldrá elegido, quizá, el menos malo, el que más invierta en su campaña electoral o el que más mienta.
Mientras no haya verdaderos líderes regionales y la sociedad civil no despierte de su marasmo y participe activamente en el desarrollo de su pueblo, seguiremos llorando sobre la leche derramada y con el elector teniendo como consuelo la estúpida frase que califica a sus elegidos: total, roba… pero hace obras.

César Córdova Ponce
Director de la revista “La Voz del Pescador”

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