PATRICIA CARDOZA CRIBILLERO
COLUMNA DE OPINIÓNEl pollo a la brasa corrupto
Hasta
ahora hemos escuchado más de una roca de nuestros pintorescos
candidatos, pero lo dicho el jueves pasado por el aspirante a la
presidencia de la región Waldo Ríos se lleva definitivamente el premio
mayor. Medir el nivel de pobreza de un pueblo en función a si comieron o
no pollo a la brasa es francamente reducir a los ciudadanos al nivel de
irracionales. No digo animales, ojo ah, ellos merecen todo nuestro
respeto, a diferencia de este sujeto. Sucedió en el debate con la
exfujimorista Rosa María Bartra, promovido por RPP. El representante de
Puro Áncash es de aquellos demagogos graduados con honores, capaz de
convencer con su verbo barato a los más humildes. Y para eso no tiene
reparos en decirles lo que ellos quieren escuchar: que les llegará
dinero fácil, como caído del cielo. Puro populismo.
El regalito de 500
soles mensuales a cada familia que este sujeto está ofreciendo es, a
todas luces, ilegal e inviable porque al Gobierno Regional de Áncash
solo le corresponde el 20% del canon. El resto es distribuido entre las
20 provincias y los 166 distritos. Será por eso que el candidato no se
atrevió a incluirlo en su plan de gobierno, en el que la palabra
honestidad se repite muchas veces como una suerte de insulto a la
memoria de quienes sabemos de qué pie cojea este sujeto. Por si no lo
recuerdan, Ríos forma parte de la larga lista de visitantes a la famosa
salita del SIN, otrora fortín fujimontesinista, donde el siniestro
asesor premió con 10 mil dólares su pase de las filas del FIM a la
bancada oficialista. Y con videíto incluido.
Hipotecar su dignidad le
costó al autodenominado falsamente como "Padre del Canon" una condena
por cohecho pasivo de cuatro años de prisión suspendida y el pago de
una reparación civil de un millón de soles a favor del Estado. Por
cierto, no ha pagado ni un solo centavo de ese monto. "Jamás, nunca voy a
aceptar esa sentencia ni mucho la inhabilitación. Ya cumplí con esa
sentencia, ya estoy rehabilitado", ha dicho el sudoroso candidato
durante el debate. La pregunta es obvia, ¿puede rehabilitarse una
persona corrupta? Yo creo que no. Volviendo al dañino ofrecimiento
asistencialista de Ríos, lo grave de todo es que ese importantísimo
caudal electoral de los pueblos más alejados de la sierra y de la costa
de la región cree en las mentiras de este candidato. No olvidemos que
son ellos quienes finalmente terminan definiendo quién es la autoridad
elegida. Nuestra región ha sido duramente golpeada por la corrupción y
el sicariato.
Con el presidente César Álvarez y el alcalde, Luis
Arroyo, presos por graves acusaciones delictivas resulta increíble que
aún haya gente pensando en elegir a otro corrupto para dirigir Áncash,
solo porque ofrece regalar 500 soles o vender combustible a dos soles
menos. ¿Qué lección hemos aprendido entonces? ¿Somos capaces de
anteponer nuestros intereses personales al de todo un pueblo, al del
futuro de nuestras familias? ¿Qué tan responsables seremos al momento de
emitir nuestro voto? Ojalá no cometamos el mismo error.
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