Riesgos Financieros
Gregorio Belaunde
Del Buen y del Mal Uso de las Centrales de Riesgos
Como muchos de ustedes saben, en el Perú tenemos una central de riesgos "positiva" (el reporte crediticio consolidado de la SBS) completada por las centrales de riesgo privadas, que permite conocer tanto los créditos en buena situación como los "malos". No es así en todas partes: por ejemplo en Francia, se acaba de postergar, por falta de consenso, y a pesar de que varios países europeos lo tienen, el debate parlamentario de un proyecto de ley destinado a crear un "registro crediticio positivo", similar al nuestro, en vez de la central de riesgos "negativa" actual, que sólo incluye a los incidentes de pago y a los deudores oficialmente clasificados como "sobreendeudados" (según un procedimiento de refinanciación de deuda organizado por el regulador); allá los debates sobre el tema son intensos desde hace años.
El debate sobre la utilidad y pertinencia de las centrales de riesgos positivas
Por
lo menos hay algo seguro: no hay prácticamente nadie, salvo malos
deudores que sostienen que toda central de riesgos constituye un
atentado a sus derechos fundamentales, para decir que no debe haber
centrales de riesgos.
Las últimas crisis, tanto
crisis anteriores como las derivadas de la actual crisis financiera
global, como las recientes crisis específicas del sector microfinanciero
en varios países (Marruecos, Bosnia, partes de la India, Pakistán...),
han demostrado que la ausencia de toda central de riesgos podía ser uno
de los factores esenciales de esas crisis; pasó por ejemplo con la
crisis de las tarjetas de crédito coreanas del 2002/2003. En la
industria microfinanciera, los reguladores están haciendo esfuerzos para
mejorar el nivel de información sobre los créditos, para evitar el
sobreendeudamiento.
Se ha vuelto común decir en
los países con centrales de riesgos positivas como la nuestra que éstas
son una magnífica herramienta para combatir el riesgo de
sobreendeudamiento; un argumento que usan también los promotores del
proyecto de ley francés : "permite evitar dar el crédito de más" pues se
conoce mejor al situación real del cliente o del nuevo cliente
potencial, lo que el "registro negativo" no permite ver, pues los
incidentes de pago llegan cuando uno ya está en problemas desde un buen
tiempo. También se dice que al permitir una mayor competencia gracias a
la mejor información, ello redunda en ofertas de créditos menos caros,
lo que disminuye el endeudamiento real de muchos clientes.
Pero
aún así, no hay que exagerar los beneficios de esa información y verlos
como una panacea, que ahorraría incluso mayores análisis, porque
existen ciertas limitaciones sobre las cuales se necesita tener lucidez:
- en
general, siempre hay un cierto rezago en el tiempo, del orden de 1 mes;
entonces puede haber ciertas deudas muy recientes que no se van a
conocer
- no
siempre están todas las deudas financieras en la central oficial; en el
Perú, es el caso de los créditos de las cooperativas de ahorro y
crédito, de las ONGs microfinancieras, sin contar lo que puede venir de
casas comerciales no reguladas y de prestamistas informales; en Chile,
el que las casas comerciales y tiendas por departamentos no compartieran
la información con el sistema financiero ha impedido tener una visión
completa del grado de sobreendeudamiento en ese país
- muchos
tipos de deudas no están, como las de servicios de telefonía, de
electricidad, protestos comerciales, etc; cabe destacar sin embargo, que
el esfuerzo de las centrales privadas, tanto en estos casos como en los
de otras deudas financieras puede permitir incluir parte de esa
información
Por otro lado, aparte de que
efectivamente en muchos países se considera que entregar toda esa
información al conjunto del sistema financiero es contrario al derecho a
la confidencialidad de la información personal (uno de los puntos más
discutidos en Francia), por ejemplo para estar protegido contra ofertas
comerciales no solicitadas, algo que en ciertos países se ve como un
derecho fundamental de los consumidores, y que en otros, mucho más
poblados que el Perú, se considera que el costo de crear y mantener una
central así sería excesivo respecto de sus beneficios (por lo que de
hacerse, se limita a montos superiores a un cierto monto), existe
otro riesgo, que no es pequeño: el que toda esa información, en vez de
ayudar a no sobreendeudar, termine por agravar el riesgo de
sobreendeudamiento.
Es decir, que una central de riesgos positiva puede ser vista como un "arma de doble filo", según el uso que se le de. Veamos algunos ejemplos de buen uso y de mal uso:
Ejemplos de buen uso:
.
tomar en cuenta todas las deudas de toda naturaleza de un cliente y de
su cónyuge, para tener en cuenta su endeudamiento global y hacer
simulaciones realistas de lo que podría ser su carga de servicio de
deuda total; y no dudar en rechazar un pedido de crédito y/o poner a ese
cliente, si existente, en vigilancia
. hacer un seguimiento
continuo para tener una visión actualizada de la deuda total del cliente
y tomar medidas preventivas en caso de necesidad....o mejorar la oferta
comercial de productos de ahorro e inversión si se nota que ese cliente
reduce muy rápidamente sus deudas (cambio positivo en su situación
personal); ¿cuántas oportunidades comerciales se desperdician por falta
de seguimiento?
. no olvidarse de vigilar la evolución de las
líneas otorgadas; no deja de tratarse de deuda potencial adicional que
podría ser anunciadora de cierto desorden en las finanzas personales y
de futuros "carruseleos de tarjetas"
. usar la información de
las centrales pública y privadas para preseleccionar de manera eficiente
y conservadora evitando deudores con historial reciente de atrasos
frecuentes
. usar la información para hacer ofertas de "compra
de deudas" con menor tasa de interés, algo que ayuda a muchos deudores a
ordenarse y bajar su carga mensual
. usarla, y eso vale no
sólo para las entidades financieras, pues las otras también pueden hacer
consultas puntuales, para detectar por adelantado el elevado riesgo
potencial que pueden presentar ciertos candidatos a colaboradores (mayor
riesgo de fraude o corrupción), y posibles clientes y proveedores (que
pueden representar un riesgo elevado de incumplimiento de obligaciones
de pago o de performance); idem para hacer el seguimiento continuo de la
situación financiera de clientes, proveedores y colaboradores.
Ejemplos de mal uso:
.
usar la información para proponer a los clientes de otras entidades
nuevos créditos adicionales, o mayores a los existentes, sin ni siquiera
hacer un estudio serio de capacidad de pago o de flujos de caja, usando
como indicador principal el buen record crediticio anterior, como si
esa deuda adicional no tuviera impacto; parece increíble pero es más
frecuente de lo que se cree; felizmente, algunos sólo usan eso para
"atraer" al cliente potencial y luego hacen el análisis necesario para
determinar el monto final
. tomar la información de líneas de
tarjeta de crédito para hacer supuestos agresivos de ingresos de ese
cliente potencial; se supone que las líneas totales son sólo 1.5 o 2
veces el ingreso mensual del cliente, por ejemplo, cuando la realidad
muestra que a menudo el total de líneas es mucho mayor que eso; es la
mejor manera de otorgar líneas desmesuradas; e imaginen si varios bancos
se ponen a hacer eso al mismo tiempo, al final sus supuestos son cada
vez más alejados de la realidad
. hacer lo contrario de lo
indicado como ejemplos de buen uso: sólo tomar en cuenta parte de las
deudas (olvidándose de la hipotecaria, o de la microempresarial de las
personas naturales con negocio, por ejemplo), tomar un historial
reciente demasiado corto, lo que permite soslayar numerosos casos de
historial deficiente de 5 o 6 meses atrás
. fijarse en el uso
de las tarjetas via disposición de efectivo para detectar a los clientes
que la usan poco, e invitarlos mediante agresivas campañas de
publicidad a que usen aún más esa facilidad, que por supuesto, es más
cara y lo endeuda más a uno; normalmente, se debería vigilar ese
indicador y ver como un criterio de alerta que un cliente la use mucho,
como dice la SBS, pues puede ser un síntoma de "carruseleo", pero acá se
usa para obtener justamente lo contrario; eso ya se ha visto en el
mercado.
Conclusión
En
un país como el Perú, como en otros, se puede decir que hasta ahora el
balance de las centrales de riesgo positivas es favorable y se puede
lamentar sólo que su utilización por agentes no financieros no sea
mayor, que la cobertura no sea más completa y que sea difícil tener
mecanismos de información en tiempo real. Además este tipo de central
permite a la SBS y al BCR tener una visión macro prudencial mucho más
completa, lo que es una ventaja innegable: muchas autoridades, al tener
centrales con información muy limitada, se privan de tener esa visión y
una crisis de sobreendeudamiento las puede "agarrar por sorpresa"; a
nosotros, normalmente no, salvo ceguera voluntaria.
Pero es
esencial que los supervisores sepan penalizar duramente un mal uso de
esta herramienta, para evitar que termine siendo un "arma de doble filo"
que contribuya a generar sobreendeudamiento en vez de prevenirlo. No
hay que olvidar que es muy difícil, para los que tienen buenas prácticas
de gestión de riesgo, mantenerlas si varios competidores que tienen
malas prácticas les quitan cada vez mayores cuotas de mercado siendo de
facto recompensados a través de la inacción o de la debilidad
supervisora.
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