Fray Héctor Herrera exige respeto y buen trato
Chimbotenlinea.com (Redacción central) El Promotor de Medios de Comunicación Social de los Padres Dominicos en el Perú, fundador de CECOPROS y superior de la comunidad de frailes en el Parroquia San Pedro, Fray Héctor Herrera, expresó su rechazo a los agravios públicos hechos por el Presidente Regional de Áncash contra la Iglesia, y en especial contra los sacerdotes dominicos. Trascribimos su homilía dada en la misa del pasado domingo 27 en la parroquia catedral San Pedro.
Queridos hermanos y hermanas:
Comenzamos el nuevo litúrgico con el Adviento, tiempo de esperanza, de preparación para celebrar el nacimiento de Jesús, en nuestra historia y en quien todas las cosas se hacen nuevas. Tres son los personajes del adviento: Isaías (“Salvación de Dios”), Juan Bautista (“Yahvé es favorable”) y María (“La preferida del Señor”), los que preparan la venida de Jesús y que nos invitan hoy a estar despiertos y vigilantes.
Isaías 63,16-19 nos presenta a Dios como nuestro Padre, a quien le suplica cambie nuestro corazón para que le respetemos. Porque Él es el Señor de la vida y de la historia. Porque “Tú sales al encuentro del que practica gozosamente la justicia y se acuerda de tus caminos” (Is. 64,4).
Él nos llama a una nueva vida de cambio, nos da la esperanza que podemos cambiar en nuestras relaciones humanas y sociales, si tenemos un corazón puro y noble. Porque somos obra de sus manos. Porque él es “nuestro Padre, somos la arcilla y tú el alfarero” (Is. 64,7). Y esto es lo que nos ha venido a manifestar Jesús. Y hoy nos habla de la vigilancia, estar despiertos nos dice en el evangelio de Mc. 13,33-37.
Él nos habla de ese PADRE que se fue de viaje y que da a cada uno la tarea de vigilar y de cumplir su obra. Jesús viene para recordarnos que es en este mundo donde tenemos que ser signos de esperanza. Es la capacidad de soñar y de hacer realidad nuestros sueños, cuando en esta vida comprendamos:
1. Somos arcilla, obra de sus manos. La obra más grande que Dios ha creado y que como tales merecemos respeto y defender la dignidad de cada persona. Por eso ninguna autoridad puede arrogarse el derecho de maltratar e insultar a cualquier institución que lo cuestiona y que en forma libre e independiente como RSD quiere hacer descubrir la verdad en bien del pueblo.
2. Somos nosotros cristianos, que pese a las dificultades, estamos llamados a defender el don maravilloso de la vida, a defender el derecho de todo ciudadano varón y mujer, a proteger y defender la familia, frente a cualquier violencia física y verbal. Ser transparentes y honestos a través de medios de comunicación independientes, para escuchar las críticas positivas en bien del desarrollo de una región y /o la nación.
Y esto es lo que hace la Iglesia Católica de Chimbote contribuir al desarrollo espiritual, educativo, salud, educación, justicia social, medios de comunicación, apoyo a los niños y ancianos, promoción de los jóvenes y tantas obras que han sido y son signos de esperanza.
3. “Amen con sinceridad: aborrezcan el mal y tengan pasión por el bien”(Rom 12,9). No busquen grandezas, pónganse a la altura de los más humildes”(v.15), y esto es lo que hace Radio Santo Domingo, llevar alegría, educar, entretener, evangelizar y proponer para buscar caminos de verdad y de reconciliación para construir un Perú con dignidad. Y donde los ánimos negativos se depongan y no entorpezcan el crecimiento de una región o del país.
Como decía el gran Francisco de Asís. Señor que yo ponga el amor donde hay odio rencor. La paz donde haya violencia e injusticia. Haz de mí un instrumento de tu paz, de perdón.
4. Sólo habrá progreso moral y espiritual si autoridades y ciudadanos comparten la gran experiencia de la fe, de la esperanza y de la solidaridad. Y si todos, sobre todo los que tienen la responsabilidad de gobernar, no se dejan llevar por la soberbia del poder, sino por el deseo de servir con amor y respeto a su pueblo.
Jesús nos habla de estar vigilantes y despiertos para hacer bien las cosas. Y de ser mensajeros de esperanza.
Cuando allá en los valles, nuestros agricultores, esperan por más de 5 años la construcción del proyecto Chinecas.
Cuando los que tenían sus grifos, talleres de mecánica, restaurantes o tiendas, esperan que la av. Pardo vuelva a ser reconstruida lo más pronto posible.
Cuando el pobre, espera que sus autoridades las protejan y velen por sus derechos. El Dios vivo de Jesucristo nos sigue hablando hoy en el rostro de los pobres. Porque no podemos amarlo, sin escuchar ni atender al pobre que clama por ver sus esperanzas cumplidas.
Hagamos que el Adviento sea un tiempo de esperanza, que como Iglesia, estemos más unidos, fortalecidos en las pruebas para alabar, bendecir, agradecer y proclamar que Dios es nuestra fuerza. Y que el poder moral de una comunidad está en la verdad que nos libera de los egoísmos y de las cegueras.
¿Qué esperamos en este Adviento? Que nuestras mentes y corazones cambien para esperar a Jesús, hecho varón y hermano nuestro, que nos invita a encontrarlo en los rostros de los más sufrientes y a servirlos con dignidad y verdad.
Jesús viene para manifestarnos el sentido profundo de nuestra vida y la fidelidad de Dios su Padre y Padre nuestro: “Porque Dios es fiel, y él nos llama a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro” (1 Cor. 1,9). Preparémonos activamente con una esperanza constante y contagiante, frente a un mundo sin esperanza.
Dejemos que la luz de Cristo penetre nuestro corazón y nuestra mente, para dejar todo tipo de soberbia y de prepotencia, porque todo poder de este mundo es efímero y pasajero. Dejemos que la bondad, la creatividad, la generosidad, la sabiduría, la solidaridad, la transparencia, la honestidad y la cordura, sean nuestro cinturón y testimonio que somos cristianos.
Amemos a nuestra Iglesia, porque todos somos Iglesia. Esta Iglesia conformada por todos que es a la vez santa y pecadora, pero que guiada por el Espíritu de Dios nos abre caminos nuevos.
Es posible crear un mundo de hermanos, si todos los peruanos ponemos de nuestra parte los talentos y dones al servicio de cómo hacer que la minería con técnicas modernas proteja el medio ambiente y que al mismo tiempo las ganancias se inviertan en fuentes de trabajo y el canon se reparta equitativamente entre todos los pueblos.
Es posible soñar con un nivel de educación, alimentación y de calidad de vida espiritual y moral más alta, si cada uno tiene presente que es imagen viva de Dios.
Es posible el respeto y el buen trato, si cada uno guarda la cordura y el respeto hacia el hermano y por tanto el amor a Dios.
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