LAS VARIAS FACETAS DEL LOBBY PESQUERO
Por: César Córdova Ponce
La
indignación brota por todos los poros cuando se observa que se usan
altos cargos públicos y membretes de organizaciones sociales para
satisfacer intereses particulares, de manera camuflada y burlándose de
la población a la que deberían representar con ética, honestidad y
decencia. Es el caso de esa pestilente alianza sellada entre Modesto
Julca y el colectivo civil REMA.
El
congresista Modesto Julca, piensa que todos los ancashinos somos tontos
y no nos daremos cuenta de sus movidas políticas y el uso de sus
influencias para ir manejando su reelección, o para favorecer a
empresarios que apoyaron su campaña electoral y que seguramente lo
seguirán haciendo si el favor les sale completo.
El
pasado miércoles 27 de agosto, a solicitud de este congresista, el
despacho viceministerial de Pesquería recibió a una delegación de
Chimbote encabezada por los empresarios conserveros Walter Regalo y
Wilfredo Maguiña, e integrada por el dirigente sindical Javier Castro
Zavaleta, y por el cuestionado ex director de la DIREPRO ANCASH, Rolando
Coral Giraldo, en representación del REMA (¿Reivindicación Moral de
Ancash?), el mismo personaje que ya anteriormente puso en aprietos (en
su condición de asesor), al congresista Julca en un reportaje que se
hizo público a nivel nacional.
El
tema que se puso en agenda fue “el problema asfixiante que atraviesan
estos pobres empresarios conserveros por la estricta fiscalización de
PRODUCE” y que “deja en la calle” a miles de chimbotanos que trabajan en
este sector. Es necesario precisar que uno de estos empresarios, Walter
Regalo, hace unos años era un férreo detractor del uso indebido del
sector conservero para destinar la anchoveta a la harina de pescado y
salía constantemente a denunciarlo públicamente. Hoy, su posición es
totalmente diferente. Con planta de harina propia dentro de la que tiene
de conservas, sus ojos y sus intereses ahora están en otra dirección.
No
habría mayor sorpresa si por sus propios medios, este sector
empresarial expusiera su problemática y alcanzara sus propuestas.
Lo
que indigna es que quien les facilite el camino sea un congresista que
debería alentar el mejor uso de la anchoveta en el consumo humano
directo, pero lo más grave es que adquiere ribetes de escándalo además,
el hecho que su pedido sea sustentado técnicamente por el ingeniero
Rolando Coral en representación de la sociedad civil de Ancash. ¿Y cuál
es el pedido que han hecho? ¡Que por cada tonelada de anchoveta que
ingrese a sus plantas, se produzcan solo 10 cajas de conservas de
pescado!
Es
necesario que la opinión pública sepa que el rendimiento de una
tonelada de anchoveta es de 50 cajas de conservas, es decir con ese
disparatado pedido, con una cámara de 20 toneladas de anchoveta que
ingrese a sus plantas, se pretende usar solo 4 toneladas para las
conservas y ¡16 toneladas para la harina de pescado!
¿Qué
especial interés tiene Modesto Julca en este pedido? ¿De qué
reivindicación moral hablamos con Rolando Coral de representante de la
sociedad civil y actuando al mismo tiempo de defensor de una actividad
camuflada que el Estado y la población rechazan?
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