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sábado, 16 de marzo de 2013

Internacional

Venezuela: La Campaña Continúa

El 8 de marzo pasado, juró como “presidente encargado” de Venezuela Nicolás Maduro, elegido vicepresidente por Hugo Chávez el 8 de diciembre en su última alocución al pueblo venezolano. Maduro deberá ser también el candidato a la presidencia en las elecciones que el Consejo Supremo Electoral decidió que debían llevarse a cabo el 14 de abril próximo.
Henrique Capriles, candidato de la oposición, consideró el que Tribunal Supremo de Justicia había perpetrado un “golpe constitucional” al aceptar que Maduro fuera “presidente encargado” pues el artículo 233 de la Constitución dispone que “… Cuando se produzca la ausencia absoluta del Presidente electo antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente de la Asamblea Nacional.” Es decir, Diosdado Cabello. En tono coloquial, Capriles en sus declaraciones dijo “Nicolás, chico, a ti nadie te ha elegido”.
La juramentación de Maduro se mezcló con los funerales de Chávez, a los que asistieron 33 jefes de Estado y de gobierno. Hubo quienes asistieron sólo a los funerales y no a la juramentación. Cristina Kirchner, Dilma Rouseff y Luis Ignacio “Lula” da Silva abandonaron Venezuela. Estuvieron presentes en la juramentación en la Asamblea Nacional (a la que no asistió el grueso de los partidos de oposición) Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia, Daniel Ortega de Nicaragua y José Mujica de Uruguay.
Hay observadores que consideran que los funerales de Hugo Chávez son parte de la campaña presidencial y ellos han movilizado un estimado de dos millones de personas, profundamente afectadas por la muerte de Chávez.
Henrique Capriles, al aceptar la candidatura a la presidencia por parte de los partidos de oposición, nucleados en la Mesa de Unidad Democrática, acusó a Maduro de haber mentido al pueblo venezolano respecto a la salud de Hugo Chávez. Maduro y Cabello consideraron tales palabras como una “declaración de guerra”.
La aguda emotividad que embarga a los electores venezolanos hace temer por el futuro inmediato. Las encuestas recientes arrojan una ventaja a favor de Maduro y ello no es extraño teniendo en cuenta la emocionalidad del vínculo de la población con Chávez.
Resulta difícil imaginar qué haría Henrique Capriles en el hipotético caso de ganar la presidencia con una mayoría chavista en la Asamblea Nacional, un Tribunal Supremo de Justicia hechura de Chávez, la mayoría de los medios de comunicación en igual situación y, especialmente, unas Fuerzas Armadas profundamente politizadas.
Nos son las condiciones ideales para enfrentar la debacle económica y los agudos problemas sociales que conlleva, los cuales incluyen una elevada violencia e inseguridad y una corrupción generalizada, tanto en el sector público como privado. Debería corresponderle a Maduro enderezar la situación y demostrar su capacidad de gestión. Pesada herencia le deja el “comandante presidente”. (Por: Luis F. Jiménez)

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