Crímenes y derechos
LIMA Espero fervientemente que la muerte del presidente regional interino de Áncash haya sido obra de unos simples facinerosos de carreteras y que no signifique que alguien está comenzando a usar el crimen como arma política. Ese camino condujo a nuestro país a sus peores momentos. Si no, recordemos las dictaduras que siguieron a los asesinatos de Miró Quesada y Graña, o toda la campaña terrorista de Sendero Luminoso y el MRTA y la respuesta paramilitar del Comando Rodrigo Franco, que parieron la preponderancia de los servicios de inteligencia en el accionar político bajo Fujimori. Y esto para no mencionar el terrible "Bogotazo" que generó el atentado contra el político liberal colombiano Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
Áncash es el bocado regional más apetitoso, con un canon altísimo por la minería, y en donde siempre se ha rumoreado que la corrupción campea dentro de un gasto regional que es un desastre, con un actuar político que se basa en el clientelismo y la demagogia, con panetones con el rostro de políticos. Tal vez este señor se enteró de algo peligroso al asumir el cargo, tal vez chocó con algún interés, tal vez alguien quiere asustar al presidente/candidato Álvarez... Este caso amerita investigarse, y mucho. Ya suficiente tenemos aquí en Lima con esas acusaciones al alcalde Burgos de SJL con respecto a que utiilza a sus serenos como fuerzas de choque callejeras contra el resto de adversarios políticos o que habría enviado alguna vez a su "portátil" a tirarle huevos a Canal 4 tras una denuncia. Y de otro lado, también debemos recordar la cantidad de asesinatos que se han venido dando entre los diversos bandos de "Destrucción Civil". Sólo faltaría nomás que el sicariato se esté infiltrando en la política y terminemos con magnicidios sin resolver, como los de los candidatos presidenciales Luis Carlos Galán en Colombia (1989) o Luis Donaldo Colosio en México (1994), cuando lideraban largamente las encuestas. Incluso en México ultimaron, al poco tiempo de la muerte de Colosio, a José Francisco Ruiz Massieu, cuñado del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari (¡que tenía unos hermanitos de rompe y raja, sarta de mafiosos!), también jerarca del PRI.
- ¡Sólo en el Perú se puede ver un caso como el de Oyón, donde los comuneros están reteniendo los buses interprovinciales porque exigen que se les regale cerveza! Esta situación me recuerda la vez que visité un parque natural en Australia con un grupo de colegas y el guardabosques nos advirtió que nos alejásemos de unas especies de gallinas gigantes llamadas casuarios. Nos contó que esos animalitos habían sido usualmente muy tranquilos, pero los turistas los habían acostumbrado a la comida fácil al darles de todo al acercarse y el resultado había sido que ahora agredían a los humanos que no les facilitasen alimentos inmediatamente. Se había creado una especie de "derecho a que el turista me alimente" en su instinto, algo similar a lo que sucede con los seres humanos a los que la demagogia y el asistencialismo les hacen creer que tienen "derechos sociales" sólo por el hecho de existir -a menudo engendrados por padres irresponsables que no asumen los costos de tener mucha prole- en el mundo y no por ganárselos con su trabajo o méritos, "derechos" que por supuesto pagan los demás, no los políticos y los sindicaleros (pero nunca se habla de los antipáticos "deberes" que se contraponen cual espejo a los derechos).
En Oyón les han creado la ilusión de que ellos tienen "derecho" a que otros paguen sus borracheras, igual que los casuarios... Así, tengo "derecho a una vivienda" e invado un terreno ajeno. Tengo "derecho" a que mi mototaxi circule por donde quiero y apedreo una municipalidad, como acaba de ocurrir en Huaral... Como escribía Ricardo Palma: "República peruana, donde cada uno hace lo que le da la gana".
FUENTE DIARIO EL CORREO
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