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miércoles, 2 de enero de 2013


lunes 31 de diciembre del 2012 14:29

Asesinatos en Perú: los ocho crímenes que causaron mayor conmoción en el 2012

Un recuento de los casos que mantuvieron en minucioso trabajo a los agentes de Homicidios. Alcaldes, una concursante de TV, un extranjero y dos menores fueron los protagonistas
Asesinatos en Perú: los ocho crímenes que causaron mayor conmoción en el 2012
ENRIQUE VERA @kiquevera
Redacción online
1. EL VALOR DE RUTH THALÍA. La vida de Ruth Thalía Sayas Sánchez cayó en cuenta regresiva desde el momento mismo que el mototaxista Bryan Romero Leiva rebatía su humillación pública, y el asedio de un conductor de TV, advirtiendo sin resquemores: “Solo me interesa su plata”. La joven estudiante de Contabilidad se había embolsado S/.15 mil tras confesar que recibió dinero por dar servicios sexuales y responder otras preguntas o puntillazos a su intimidad familiar, sentimental y a la suya misma en “El valor de la verdad”. Era la primera semana de julio y hasta fines de agosto, cuando sus padres volvieron a aparecer en la televisión para denunciar que había desaparecido, no se volvió a saber de ella.
La policía ensayaba hipótesis y afinaba pericias, mientras Romero vendía de todo a su alcance para fugar a Ecuador. La noche del 22 de setiembre, largas horas de excavación en un corralón de Jicamarca, Huachipa, concluyeron con el hallazgo del cadáver de Ruth Thalía. Antes de ser enterrada ahí, había perecido a un envenenamiento y los golpes de quien fue su pareja por cuatro años. Dentro del cuarto que alquilaba en Carapongo, el homicida desbordó de insania coludido con su siniestro tío, Redy Leiva Cerrón, al no obtener parte del premio que aparentemente había acordado con su víctima.
2. TRIPLE HOMICIDIO. Dos meses restaban para lo que debía ser una boda de ensueño entre el argentino Ariel Valdivia Magallanes y la abogada Kharime Benvenuto Rojas, pero a esa historia de amor que trasgredió las fronteras le aguardaba un final cortante que llegó del filo de un cuchillo de 30 centímetros. El intitulado ‘vago gaucho’ hizo del departamento que lo albergó en un edificio de Balconcillo, La Victoria, un paupérrimo baño de sangre apenas dos días después de la Nochebuena. La policía todavía investiga si las 40 puñaladas que repartió entre su novia, suegra y cuñado fueron motivadas por el temor a ser abandonado o debido a un excesivo consumo de drogas en letal mezcla con sus celos enfermizos.
3. EL ALCALDE DE CASMA. Tres balazos en la espalda, uno en la cabeza y otro en el pecho fueron el colofón a una serie de amenazas que aturdían al alcalde de Casma, José Alejandro Montalván Macedo, de forma incesante entre mediados de octubre y el 9 de diciembre pasado. El día de su muerte, Montalván fue telefoneado por última vez cuando recorría el asentamiento humano Fray Martín de Casma, en la jurisdicción que gobernaba, pero volvió a ignorar la llamada. Por la tarde, estacionó su camioneta en una vía carrozable y bajó ante una aparente sospecha de persecución. De una moto lineal, dos sicarios le descerrajaron nueve disparos. Cinco de ellos acabaron con su vida.
4. EL ALCALDE DE ANGASMARCA. Vestido de Papanoel, el alcalde de Angasmarca, Diógenes Geldres Velásquez, repartía juguetes a los niños del caserío Colpaseca, en Santiago de Chuco, La Libertad. Había tomado chocolate y animado brevemente una celebración navideña que lo tenía complacido, según han manifestado quienes lo acompañaron durante aquella su última tarde. Pero un balazo en el rostro le segó de pronto la ilusión. Trataron de rematarlo con un disparo que le dio en la pierna y aun así don Diógenes siguió vivo. Mientras era socorrido, sus dos victimarios fueron detenidos y masacrados por una turba de ronderos. A las 11:30 p.m. del 18 de diciembre, el alcalde falleció. Más tarde, los cuñados Herbert Gustavo Angulo y Junior Esparza Hoyos confesarían que actuaron por el pago de S/.5000. Funcionarios de una empresa que perdió licitaciones para construir carreteras serían los autores intelectuales.
5. PADRASTRO MALDITO. Romper en llanto durante la madrugada por no ver a su madre al lado, marcó el trágico final de un niño de apenas 4 años en Surco. Un cúmulo de bestialidad inconcebible surgió de su padrastro, el vigilante Roger Ricardo Martínez Casas (39), quien arremetió contra el menor de nuevo pero esta vez hasta matarlo. Solo la indiferencia de su madre, Soledad Magaly Villagómez Vásquez, al verlo inconsciente sobre su cama, llega a ser tan detestable como el último acto en libertad del matón. Shock hipobolémico, ruptura hepática y traumatismo múltiple inscribieron los médicos en el acta de defunción del pequeño. Desde el 31 de agosto, día del repudiable crimen, la pareja es procesada.
6. EL DESCUARTIZADOR DE PUCALLPA. Todo empezó con el hallazgo de un tórax y una pelvis cercenados, frente a la plazuela Víctor Raúl Haya de la Torre en Huacho. Los restos humanos estaban dentro de una maleta negra y habían sido rociados de detergente para disimular el olor putrefacto. El mismo cuadro se repetiría 30 horas después en La Victoria, Lima. Ahí, en un maletín deportivo, una recicladora encontró un torso sin cabeza ni extremidades, pero que permitió a los sabuesos de la PNP corroborar que se trataba de una misma persona: 1,72, robusto y de unos 25 años aproximadamente. Cercado por las evidencias, el periodista Ricardo Vásquez Mori se entregó en Pucallpa y confesó que desde inicios de año mantenía una relación sentimental con su víctima, Enrique Armestar Anci. El descuartizador arguyó que el 23 de julio en la mañana, Armestar falleció de un ataque cardiaco tras pasar la noche juntos en su departamento de Breña. “No quería un escándalo y compré una sierra. Mi mente estaba blanco, no veía más que mi mano cortándolo”, fue su brutal testimonio.
7. CONMOCIÓN EN CUSCO. En un año en que las muertes por bullying o acoso escolar se incrementaron considerablemente, según el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado Hideyo-Noguchi, el Cusco registró el caso más sangriento a fines de noviembre. Dos hermanos, de 14 y 16 años, citaron en su domicilio a un compañero del colegio arquidiocesano San Antonio de Abad, y allí lo degollaron con un hacha y un cuchillo de cocina. De la víctima se ha dicho que era casi un genio en matemática y envidiado por ostentar el primer puesto de su promoción. También que sufría continuamente del abuso de sus compañeros, aunque esta misma imputación le fue atribuida como causal del ensañamiento de sus victimarios. Los hermanos le infirieron 26 cortes en el pecho y tres en la nuca. Ambos fueron internados en un centro de rehabilitación. La madre de estos es sospechosa de haber escondido el cadáver para ocultar el horrendo crimen.
8. HERMANA ACRIBILLADA. El 1 de marzo, un sujeto de short, polo negro y gorra ingresó con disimulo al colegio particular San Marcelo, de San Martín de Porres, y en contados segundos acribilló a la profesora Olga Sanabria de la Torre, dueña del plantel. El homicida aprovechó que una puerta estaba entreabierta y fingió ser un padre de familia que concurría en busca de información. Con la misma pasividad que entró, el desconocido también salió de la institución. Minutos después el local se convirtió en un carnaval de histeria y horror. Los agentes a cargo sospecharon al principio que era el crimen de una banda de extorsionadores, pero sus pericias los llevaron a concluir luego que el hermano de la occisa, Edwin Sanabria de la Torre (36), ordenó el asesinato. Este habría saciado así una sed de venganza que lo carcomía por la repartición de una herencia que no lo favoreció. La policía sindicó además a su esposa, Nany Reaño Vásquez, y a dos sujetos más como los autores intelectuales de la muerte.

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