¿Qué Perú queremos construir?
Lunes, 28 Julio 2014 - 1:53pm
Se ha ido construyendo una democracia, que aún falta consolidar, donde todos los peruanos (a), tengamos una vida digna; donde los gobernantes y los que aspiran al gobierno, piensen no en sus propios intereses, sino en el bien común de la nación en un desarrollo integral.
El economista de la Universidad de Harvard, Dr. Nouriel Roubini, refiriéndose al Perú: “Hay que invertir en educación para tener ingresos altos. Una vez que se superan los ingresos medios, los recursos naturales no son tan importantes”, dijo.
El economista dio seis puntos que el Perú debe potenciar: 1. El capital humano; 2. El capital institucional; 3. La infraestructura; 4. El entorno para los negocios; 5. El acceso al crédito productivo; y 6. La inversión en innovación tecnológica y desarrollo.
Pero este tiene que afirmarse con la defensa de la industria nacional y con una diversificación en la producción, con medidas concretas como es la seguridad ciudadana, la educación, la salud. Uno de los problemas que debe asumirse con seriedad es invertir más en la educación, investigación y tecnología.
Debemos apostar por una educación de calidad y en la creación de institutos técnicos que miren a un mejoramiento en la agricultura, en el uso del agua, en la creación de pequeñas represas, en la prevención de desastres naturales como son las zonas de friaje, como prevenir la corriente del niño, la arborización en las zonas desérticas, el cuidado del medioambiente en la zona de la Amazonía, el cuidado del agua.
El Premio Nobel de Economía 2008 Paul Krugman señala: el Perú debe preocuparse por tener una economía productiva y aumentar la calidad de su educación, aboga por las políticas de redistribución para reducir la desigualdad como recetas que aseguran la sostenibilidad del crecimiento. Capacitar a las personas, mejores salarios y políticas de redistribución.
El cuidar la educación y el capital humano es importante en el desarrollo integral del país; porque un pueblo educado es un pueblo libre, que piensa y se reta en formar dirigentes honestos que puedan regir los destinos del país en los diferentes gobiernos locales, regionales y nacionales. Esto requiere una formación política seria y con programas concretos que presenten soluciones reales y con la participación de los ciudadanos para evitar la corrupción tan generalizada en diferentes niveles, con sus respetables excepciones.
El país necesita de una formación política responsable desde la escuela y universidades. Y en toda la educación debe inculcarse una formación ética profunda que pensemos en un país diferente, donde las personas que asumen un cargo político y un trabajo tengan la capacidad y la cualificación necesaria. Esto evitaría el clientelaje político y el acomodo, que es una de las serias debilidades del país a lo largo de su vida llamada “democrática”.
Esto requiere, una profunda conversión a Dios y a la patria, que pasa por un cambio de actitudes y de mentalidades más positivas, donde el reino de Dios que anuncia Jesús (Mc. 1,14) nos lleve a construir un país fraterno, justo y solidario que usa bien de sus recursos y que se proyecta a las futuras generaciones. (Publicado en Mar Adentro)
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