Felicito el esfuerzo y dedicación de nuestra campeona mundial de ajedrez sub.-20.
La joven, de 18 años, ha logrado una verdadera proeza, venciendo a sus rivales, la mayoría jugadoras de las ex repúblicas socialistas soviéticas como Georgia, Rusia, países donde el ajedrez es un deporte nacional y desde la época comunista se destinaron millones de rublos en la formación de jugadores y maestros para formar verdaderos genios con los cuales la URSS campeonaba en las Olimpiadas y en los campeonatos del mundo, sacando jugadores como Tahl, Petrosian, Spassky, Karpov o Kasparov.
Esas estructuras se mantuvieron intactas y se siguen desarrollando en las independizadas ex repúblicas soviéticas, por ello los principales jugadores del mundo provienen de allí. A todas ellas las derrotó Deysi, la muchacha que nació en el humilde distrito de Villa El Salvador.
Mientras que sus rivales, desde niñas, aprenden el ajedrez apoyadas por computadoras y estudian táctica, estrategia y conocimiento de aperturas, con sofisticados programas Rybka 3, Fritz 12 o Naum 4, la Cori aprendió el ajedrez con un viejo tablero de su papá. Él fue el responsable que hoy su hija sea una campeona mundial.
Es un esfuerzo puramente familiar. El papá de Jorge y Deysi se pasó la vida, como él mismo sostiene, “mendigando” pasajes para que sus hijos puedan viajar al extranjero para competir. Su caso es similar al de otros campeones mundiales como Sofi o Kina. Con su plata se pagaron pasajes y estadía para competir defendiendo los colores del país. Cuando llegan los triunfos, recién aparecen los políticos, el Congreso los “condecora”, les prometen el oro y el moro.
La génesis del éxito de Deysi Cori y su hermano menor está en los arenales de Villa El Salvador. En su humilde hogar con un padre obsesionado por incentivar en su hijos el desarrollo de un deporte que les iba a cambiar la vida. De no ser por él, a sus edades podrían estar en esas discotecas donde los jóvenes toman, bailan perreo y luego terminan en grescas con bala o a machetazos.
Cuando empezaron a destacar, el director del humilde colegio “Aristóteles” les gestionó una beca para colocarlos en otro plantel, el “Ricardo Palma”. También los apoyó en ese entonces el alcalde de Villa El Salvador, Jaime Zea. Cuando Deysi dio el campanazo al ganar el título mundial Sub-16 en México, llegó el importante apoyo de la empresa privada, como “Cementos Lima” y el colegio “Saco Oliveros”, entre otros.
No entiendo por qué no se potencia el ajedrez entre nuestra niñez y en los colegios, pero sobre todo en el ámbito familiar. Los papás prefieren regalar PlayStation y otros juguetes para que sus hijos estén como zombies dando puñetes y patadas virtuales, porque ya ni juegan fulbito y están todos fofos y debiluchos. Quien sabe jugar ajedrez, sabe mover sus piezas… en la vida misma.. Felicitaciones a Deysi Cori y sobre todo a su orgulloso papá. Él es el padre de la criatura.
Hugo Robles Cruz
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