Es común y cotidiano decir que los servidores públicos no cumplen como debe ser sus labores dentro de la administración pública. Cuantas veces nos hemos chocado con estos trabajadores, ya sea en una Municipalidad, en el sector salud, en el sector educación, en una entidad financiera (Banco de la Nación), etc. Y hemos recibido a cambio un mal trato, siendo víctimas más de una persona, quienes muchas veces no denuncian estos hechos. Si comparamos estas circunstancias con las que ocurren en ciudades grandes como en el caso de Lima, Trujillo o Chimbote, sin irnos muy lejos, las interminables colas y enfrentamientos ante las ventanillas se resumen en variadas historias; que van desde el insulto hasta la rabia incontenible de muchos ciudadanos. Pero pese a que nuestra ciudad aún es pequeña, no se escapa de estas joyitas, llamadas servidores públicos, a quienes los he bautizado como los “servidores del bostezo”.
El Decreto Legislativo Nº 276 LEY DE BASES DE LA CARRERA ADMINISTRATIVA Y DE REMUNERACIONES DEL SECTOR PÚBLICO, en su Art. 3º establece los deberes de los servidores públicos, así tenemos: el inciso “a). Cumplir el servicio público buscando el desarrollo nacional del País y considerando que trasciende los periodos de gobierno”; cabe preguntarnos con las actitudes indicadas, los servidores buscan el desarrollo nacional del país?; para empezar, si ni siquiera buscan el desarrollo local, mucho menos el desarrollo nacional; no existe una identidad local , así como tampoco institucional de parte de ellos; lo que hace muy difícil que este deber se cumpla y simplemente sea uno más. El segundo inciso establece “b). Supeditar el interés particular al interés común y a los deberes del servicio”. Aquí cabe otra pregunta: ¿Estos señores se preocupan por el interés de los usuarios o ciudadanos?, la respuesta es un no rotundo. Cuántas veces, nos han “paseado”, nos han hecho gastar en vano; mientras ellos bostezando, comiéndose un apetitoso sándwich o viendo en sus relojes o celulares la hora para salir, apenas se cumpla su horario, incluso saliendo antes del horario establecido. “c) Constituir un grupo calificado y en permanente superación”; Nuestros servidores, de ninguna manera pueden ser considerados como grupo calificado; tanto en el trato con las personas, como en el desarrollo de sus actividades dentro del área en la cual se desempeñan. Y porqué?, la respuesta es muy fácil, siempre han sido servidores eventuales, muchos de los cuales han entrado a trabajar por recomendación o por el famoso tarjetazo; y una vez que están adentro se creen los reyes de sus puestos y jamás se preocupan por superarse técnica o profesionalmente, y sumado a ello que las entidades para las cuales trabajan no los capacitan. “d) Desempeñar sus funciones con honestidad, eficiencia, laboriosidad y vocación de servicio”; A ver, desglosemos este inciso, y decimos: honestidad, definitivamente es una palabra que no existe en el vocabulario de algunos servidores públicos (no digamos de todos); sino entonces, porque vemos por ejemplo en nuestra ciudad, que se viene – literalmente – vendiendo las calles al mejor postor, lo cual convierte a Casma en un caos; la vía pública se fracciona y cual puestos de mercadillo, se ofrece y se ofrece….. Todos somos testigos de ello. La coima a la orden del día. O como le llamamos a eso. En el sector transporte igual, los enormes tráileres se estacionan donde se les da la gana, en fin. Sólo quiero mencionar estos dos casos (aunque lo de los moto taxis sigue en lo mismo); para graficar brevemente lo que sostengo. Seguimos: eficiencia: cuanto tiempo nos demoran para poder obtener un resultado, positivo o negativo dentro de un procedimiento administrativo?..., mejor ni me respondan. Ya lo se….Laboriosidad: Las caras más felices, las vemos el día del trabajador, el día de la secretaria, del trabajador municipal, día de la salud, de la alfabetización, de todas las profesiones y oficios habidos y por haber. Uy!, cómo esperan ansiosos, que a pesar que no es día feriado, les den su asueto y trabajen sólo medio día. Reuniones, marchas, festejos, celebraciones, gollerías, cebichitos, etc., etc. Y por último, Vocación de servicio: pues, al ser servidores públicos, esto último lo deberían tener sí o sí; sin embargo, después de analizar lo que antecede, diremos claramente y sin equivocarnos que la gran mayoría viene a servirse a través de su cargo y jamás a servir. Y para terminar, con el último inciso, e) Conducirse con dignidad en el desempeño del cargo y en su vida social. A todo lo dicho: nos preguntamos, ¿estos servidores serán dignos del cargo que ocupan?. Ustedes tienen la respuesta, y eso, que no hemos ido más allá, porque siguiendo el sentido de este inciso, muchos conocen de la vida disipada, entre juergas, francachelas, o los concubinatos, los malos padres, las malas madres, etc. Pues se debe tener presente que un servidor público debe ser un ejemplo dentro de su sociedad y practicar los valores, no sólo dentro de su centro laboral, sino también y principalmente dentro de su hogar.
Esperemos que algún día podamos contar con servidores públicos capaces y eficientes, probos en su accionar, y que brinden un buen trato al usuario, gracias al cual reciben un sueldo, y a quienes se deben. Por eso, aún hoy cuando entremos a una oficina pública, no diremos: ahí está un servidor del público, sino un servidor del bostezo…
J. Eduardo Ayala Vera.
Abogado. Ex Procurador Público
Municipal. Diplomado en Gestión
y Administración Pública.