jueves, 13 de diciembre de 2012
In Memoriam a Lito
de Merchan Leon Luis Enrique,
La tarde del domingo 9 de diciembre, para muchos, dejó de ser cualquiera alrededor de las 6 pm, luego de recibir la fatal noticia del asesinato de José Alejandro Montalván Macedo, conocido como “Lito”, particularmente por los Noelinos, de quienes fue 8 años Alcalde, y por los casmeños en general, ya que fue su representante provincial desde el año 2011. Escribiendo estas líneas estoy todavía atónito, es un dolor muy grande e inexplicable el que se siente, aún no salgo de mi asombro, estupefacción e incredulidad, quisiera como todos mis hermanos Casmeños que todo no se tratara más que de una broma de muy mal gusto, que no sea “Lito” o el “UNO” (como le solían decir quienes laboran o alguna vez laboramos en la Municipalidad Provincial de Casma) el que yace inerte.
Toda la tarde-noche del 9 de diciembre, sin salir del shock provocado por tan terrible noticia, sólo atiné a ver y repasar las fotos que con él tengo, los vídeos de alguna ceremonia ya sea de agasajo a los trabajadores o de inauguración de obras, en las que se podía distinguir esa sonrisa y picardía sin igual, y es que esa es la única forma que conozco de recordar a un amigo tenaz, gentil, franco, ingenioso, cordial, diligente y trabajador, él siempre aconsejaba, colocaba apelativos, bromeaba incansablemente y procuraba atender a todos (aunque a veces el tiempo le jugaba una mala pasada); sin embargo, lo más resaltable, además de su paciencia inagotable y su capacidad de tomar decisiones meticulosamente analizadas y firmes (confundidas a veces con terquedad), es que fue un hombre que honraba el valor de la palabra, ya sea ésta de un caballero o de un “caballerito”, como amigablemente me decía (aunque es inevitable recordar algunos otros adjetivos usados por él, como “tallarín” o “cuerina”, en el que, por supuesto, también incluía a Walter Vásquez).
Cómo olvidar su infaltable presencia en los talleres del presupuesto participativo y en cuanta reunión convocara a la población, en las que se apreciaba claramente su determinado interés en las conversaciones que allí surgían y su satisfacción por tener contacto directo con quienes lo habían elegido y también con los que no, comprendiéndolo como la oportunidad de mostrar lo que quería hacer por su pueblo, usando solo el verbo como herramienta de convencimiento. Su desprendimiento con los más pobres es digno de subrayar, pues no dudaba en acudir a ellos en cuanto lo necesitaran, sin diferenciar si el poblador portaba llanque y sombrero, o saco y corbata, demostrando así la sencillez que caracterizaba a un hombre que supo crecer y desarrollarse permanentemente, prueba de ello eran los estudios universitarios que cursaba para ser “más” y no para ser “alguien”, ya que eso se lo había ganado hace mucho.
Te vas dejando no sólo un vacío imposible de llenar, sino también dudas de quién fue el anormal que finalmente, y luego de constantes amenazas, te asesinara, consiguiendo con ello que todo un pueblo se paralizara consternado y sumido en un llanto imparable. Tus familiares, trabajadores y amigos no tienen más que agradecerte por lo que diste a cada uno; particularmente te llevas mi aprecio, admiración y respeto, gracias…muchas gracias por dejarme ser tu amigo, por darme la confianza necesaria para trabajar hasta donde llegué, o llegamos.
Finalmente, es necesario reflexionar sobre el orgullo que tenía cada Casmeño al decir que Casma siempre fue una ciudad tranquila, en donde el visitante podía pernoctar en las bancas de su plaza sin que nada le pasara, pero que debido a la confluencia de la migración del norte y este (llámese Chimbote, Trujillo y Huaraz), la actividad minera, el surgimiento de nuevos pueblos en las zonas periféricas con costumbres y hábitos distintos, el crecimiento informal de empresas de transporte, sumado a la desidia, desinterés y apatía de las autoridades en general para erradicar la delincuencia, violencia, corrupción y drogas, se ha convertido lamentablemente en una ciudad insegura y peligrosa; sin embargo, debemos apelar a la lógica (que demanda este tipo de momentos) para exigir a las autoridades un accionar drástico, que confronte y erradique de una vez por todas esa lacra que no nos permite vivir en paz, hagámoslo por nosotros, por nuestros familiares más queridos, por nuestra bella ciudad, por la memoria de las víctimas de ésta violencia que debe ser historia.
Hasta pronto Lito, que Dios te tenga en su bendita gloria y cuídanos tú que puedes.
LUVI
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