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sábado, 20 de marzo de 2010

OPORTUNISMO POLÍTICO Y SUS DEVASTADORAS CONSECUENCIAS EN LA CIUDADANIA DE VARONES Y MUJERES ( II parte ) Por: EAP

EL OPORTUNISMO POLÍTICO GENERA APOLITICISMO:
Los primeros responsables del desprestigio de la política son los políticos mejor llamados (POLITIQUEROS), pero su exacerbación tiene otras fuentes. En estos días aumenta el entusiasmo de atacar a los políticos y la política, es tan notorio el entusiasmo politiquero de presentarse como amigo de todos(as), se exhiben en acuerdos totales, casi apolítico donde ya no se distingue las diferencias y discrepancias ni pequeños matices.

Cuando un Gobernante aprecia la decisión de nombrar un ministro, consejero, regidor o funcionarios en cargos de otras bancadas en sus equipos de trabajo, hacen aparecer como un reconocimiento a la obra de los distintos partidos, lo menos que está haciendo, con su declaración, es un abuso oportunista de falso apoliticismo.

Pero el efecto es devastador, a ver si este dirigente de la otra bancada se seguiría alegrando cuando vea que en su partido comienzan a retirarse militantes para sumarse a trabajar con la derecha o el oportunista apolítico. Esa declaración de falsa alegría, contribuye a aumentar el desprestigio de la política.

Así no nos extrañemos del rechazo del ciudadano o la ciudadana a la política y de su idea que cualquiera que gobierne le da lo mismo. La sentencia vulgar de las personas alude a decir “yo tengo que trabajar igual o vivo de mi trabajo”, entonces el recuerdo o la valoración de un gobierno sólo puede surgir de la ignorancia o del olvido de quien tuvo que trabajar con una u otra legislación laboral o quien se jubiló con uno u otro sistema de pensiones, o quien nos hizo tal o cual obra, lo demás no cuenta, ni es visible.

El falso apoliticismo supone que da lo mismo que gobierne “ Chana que Juana” porque lo importante sería que gobiernen los inteligentes, los equipos que demuestren capacidad durante la campaña y sobre todo para el periodo de gestión o gobierno en lo suyo. No tomar en cuenta ello es pensar como si el progreso fuera apolítico y como si la política no fuese fuente del ordenamiento del país, la región y del espacio local, de su dirección, de las políticas públicas, las normas, el cumplimiento de las mismas, el rigor de la institucionalidad pública.

El espíritu patriótico y la buena voluntad que puede inspirar a cualquier sector de la política para gobernar, no se expresan en iguales propuestas; sino en las diferencias y hasta las discrepancias, estas son saludables; ello es posible cuando hay conocimiento pleno de la realidad del ámbito levantada en el diagnostico serio de la situación, de la identificación de las potencialidades y por tanto de las prioridades sentidas por las mayorías; así como de las limitaciones y situaciones problema.

En la historia de la humanidad, los grupos políticos levantaron variadas soluciones y distintos diagnósticos, del análisis del por qué de los males. Por eso nos diferenciamos. Por eso hay desacuerdo, debate y decisión por votación. No basta ser inteligente para proponer lo correcto. La política ofrece la oportunidad de decidir por las diferencias. Y hay que hacerlo en serio. Sin la hipocresía del apoliticismo oportunista con que a veces se presenta el polítiquero y que confunde al ciudadano y ciudadana.

Por eso vale la pena registrar el desacuerdo y su derecho a luchar por otra postura (actas). No hay nada más antidemocrático que las decisiones por aclamación donde nunca se sabe cuanto pesa el que piense distinto o porque se vota en contra.

Los(as) políticos(as) toman “partido”, oído a la música, asumen una postura individual y colectiva respecto a cómo lograr el bien del país, la región, la localidad, lo central es privilegiar el bien común, antes que el individualismo o interés de un grupo minoritario.

Por eso resulta peligroso el oportunismo de algunos políticos tibios, concertadores ingenuos(as), percibiendo el entusiasmo anti-política con que se recibe a los nuevos gobiernos, prefieren esconder sus diferencias y ganar unos puntos de imagen personal presentándose con un falso apoliticismo. Ese oportunismo también desprestigia a la política.

No es sólo la ciudadanía o la prensa las que avivan el desprestigio de la política sino, que a menudo lo hacen nuestras propias prácticas viciosas a todo nivel, en el sindicato, en el gremio, en la organización, asociación, comité etc. etc. Basta de oportunismo, ha pensado que referente se deja y se muestra a la juventud y niñez?. Sean más responsables.

1 comentario:

  1. todo sigue de corrupto en la poliia. No quieren asentar las denunias con cualquier pretexto. Además los policías le tiene miedo a los delincuentes, peor si son de la banda los trujillanos. Hasta parece que tienen su bolsa de dinero para no haer labor de inteligencia y vigilancia.
    A los jefes les pagan para cuidar determinadas empresas privadas.Algunos policias tiene motocars que nadie los detiene a pesar de no tener documentos.

    Hasta se dice que algunos de los policias estaría metido en el narcotráfico y venden ketes.Entonces que podemos esperar de estos policicias corruptos....

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