google42f3ca3d0a624984.html SIETE DIAS CASMA

viernes, 12 de abril de 2013

A propósito del cambio del juez Richard Concepción Carhuancho.
Hay un fierro caliente que por obra y gracia de manos muy poderosas, ha terminado chamuscando a más de un fiscal. Siete en total para ser más exacta. Ese fierro caliente se llama La Centralita y es, qué duda cabe, el caso más emblemático de presunta corrupción que envuelve no sólo al presidente regional de Áncash, también a seis de sus más conspicuos allegados.
Hoy me llena de indignación e impotencia confirmar que aquella varilla candente instalada en el Ministerio Público, saltó la berma central de la avenida Pardo y entró silenciosa a la Corte Superior de Justicia del Santa.
El primero en pagar las consecuencias de los poderosos intereses, que buscan liberar de polvo y paja a César Álvarez, es el correcto juez Richard Concepción Carhuancho, sino el más preparado, uno de los que mejor maneja la aplicación del Nuevo Código Procesal Penal.
Este magistrado del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria ha demostrado con sus fallos que no le tiembla la mano cuando de sancionar el delito se trata, así este involucre a autoridades que manejan los ingentes recursos de los ancashinos.
Entonces, si en la Corte del Santa es conocida la capacidad y probidad de Concepción Carhuancho, no entiendo las razones que tuvo el presidente Samuel Sánchez Melgarejo para enviarlo sorpresivamente al Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria. Cuestión de sentido común.
Y es que siendo harto suspicaces, este cambio se da un contexto en el cual el acercamiento del titular de la Corte y el presidente regional es demasiado evidente. ¿Acaso la salida del juez Concepción tiene algo que ver con la inversión de 60 millones que hará el gobierno regional, para la construcción de un centro de rehabilitación de menores?
No olvidemos que hace unos días, Sánchez Melgarejo y el representante ancashino se confundían en abrazos celebrando la ansiada transferencia. Y conociendo que Álvarez no da puntada sin hilo, no es descabellado pensar que algo podría haber pedido a cambio. ¿Usted qué cree?
Así las cosas, lo único que me queda claro ahora es que el Poder Judicial perdió la gran oportunidad de lavarse la cara, de demostrarnos que es capaz de llevar adelante un proceso tan importante como La Centralita de manera transparente y sin presiones de ningún tipo.
El puesto de Carhuancho será ocupado por el juez Jorge Alvarado, quien antes ya había sido cesado por el CNM. Este magistrado, cuestionado en su momento, tendrá que iniciar la titánica tarea de leer, además del voluminoso expediente de La Centralita, 30 tomos de los casos por presunto enriquecimiento ilícito contra los exalcaldes Victoria Espinoza y Valentín Fernández. Vuelvo a preguntar ¿fue una decisión correcta? Saque usted sus conclusiones.
Patricia Cardoza Cribillero
Editora del diario Correo (Chimbote).

No hay comentarios:

Publicar un comentario