jueves, 15 de marzo de 2012
Robots sociales: los compañeros del futuro
Como salido de un cuento de ciencia ficción el sueño de miles de hombres de ciencia de crear un compañero robótico ya es una realidad. Es el caso de Maggie, una rana gigante que es capaz de interactuar de manera autónoma con la gente y recargar sus propias baterías yendo directamente a la fuente de energía, entre muchas otras habilidades.
Inicialmente se llamó Magellán y contrariamente a lo que podría pensarse, no fue creada en Japón ni Estados Unidos, sino en España, específicamente en la Universidad Carlos III de Madrid.
Desde su creación, hace seis años, Maggie ha evolucionado considerablemente, pero el objetivo del director del proyecto, Miguel Ángel Salichs, es que se vuelva un producto comercial.
“El problema es que la escasa demanda en el mercado no permite un coste de producción bajo“, explica. Maggie costó alrededor de 40,000 dólares y tanto el software como el hardware salieron íntegramente de esa casa de estudios. El dinero lo dio el Plan Nacional de Investigación, pero los continuos recortes presupuestales vienen afectando el trabajo de los científicos.
En cuanto a utilidad, esta rana robot es más que eficiente, para personas de cualquier edad. Desde narrar las predicciones climáticas, hasta el reconocimiento de objetos como medicinas, de las que puede decir su composición química e incluso su fecha de vencimiento. En cuanto a usos lúdicos, puede cantar, bailar y alegrar el ánimo de cualquiera.
Salichs dice estar seguro de que la incorporación de robots como Maggie a la vida cotidiana es solo cuestión de tiempo, sin embargo tiene muy claro que este tipo de máquina nunca podría reemplazar la compañía humana. “Es simplemente un complemento“.
Enlaces relacionados
Informe completo sobre Maggie (en castellano)
Información de la U. Carlos III de Madrid. Resumen de Sophmanía
Artículo original y completo (en castellano) aquí
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