LA HONESTIDAD QUE HACE LA DIFERENCIA

Recuerdo el lema del actual Gobierno: “La honestidad que hace la diferencia”.

Los lectores saben perfectamente que desde este blog he combatido, en su momento, la corrupción del gobierno de Fujimori y Montesinos. También cuestioné la candidatura de su hija, porque absurdamente enarbolaba las banderas del nefasto régimen de su padre y todavía llevaba en su lista a sus colaboradores y hasta a sus compinches en corruptelas. Escucho que uno de los argumentos de los defensores de Chehade es que la llamada “mafia apro-fujimorista”, intenta “tumbárselo” porque integra la “megacomisión que investigará a Alan García. Nada más absurdo. Quienes critican y han denunciado el accionar oscuro y reñido con la labor de un congresista y vicepresidente, al incurrir en un supuesto tráfico de influencias con su hermano y un amigo, para una empresa privada, e involucrando a tres generales de la Policía!, son nada menos que personalidades como el periodista Gustavo Gorriti, de IDL Reporteros, quien apostó por la candidatura de Gana Perú y de fujimorista no tiene un pelo.

Para muchos, se trata de un inaudito caso de “trafico de influencias”. Raúl Diez Canseco, vicepresidente de Alejandro Toledo, quien estaba con la “cabeza caliente” por una joven , promovió un decreto para que su “suegro” tenga beneficios en un negocio en el remodelado aeropuerto “Jorge Chávez”. Descubierto por una investigación del periodismo independiente , el “Pollo” tuvo que renunciar. Pero el caso Chehade no es ningún “negocito”, pues se está hablando de favores a ¡¡una empresa azucarera valorizada en millones de dólares!!

Pese a que no voté por Gana Perú en las elecciones, me parece que la dupla Ollanta-“Siomi” Lerner ha logrado un importante grado de credibilidad en el empresariado, las empresas mineras, agroexportadoras y también entre la clase media y los sectores menos favorecidos. De allí, el importante nivel de aceptación que muestra en las encuestas. Pero todo eso se puede ir al tacho, y me imagino que por dentro Ollanta debe estar enfurecido e indignado, dado su carácter de milico. Porque lo de Chehade no es un hecho aislado. También está lo de su propio hermano Alexis, el “chauchiller” ruso. No menciono lo de su otro hermano, el inimputable Antauro. Me imagino también que algunos impresentables congresistas que ingresaron con Gana Perú, sí lo deben hacer sonrojar.

Me pregunto con inquietud: ¿conoce el Presidente a la congresista Celia Anicama, conocida como la “robacable”, quien junto a su esposo “el zar de las telecomunicaciones” en Pisco, pirateaban las señales de cable y por tele acusaban de “corruptos” a todas aquellas autoridades que no querían pagar auspicios y propagandas para su radio y su televisora? ¿Cómo ingresaron ese capitán “Jack Sparrow” pisqueño, con nombre chino al Congreso (Eloy Yong), como asesor de su esposa Celia Anicama? ¿Cómo llegó al partido de Ollanta, que durante toda la campaña enarboló las banderas de la lucha anticorrupción el “Comeoro”, Amado Romero, un individuo que en Madre de Dios arrasa con la ecología? ¡Y todavía lo pusieron en la Comisión de Minería! ¿Cómo el “Pantaleón Pantoja” de Cerro de Pasco, Néstor Valqui, dueño de un prostíbulo, quien en la última elección ingresó al Parlamento por el fujimorismo, postuló en el 2006 por el partido de Ollanta, al gobierno regional de Cerro de Pasco? ¿Acaso no sabían que la denuncia de proxenetismo la arrastraba desde el 2003?

La crisis en los “cuadros” del actual gobierno puede llevar a la bancarrota un proyecto que se pensaba acabaría con la lacra de la corrupción. El presidente todavía está a tiempo de corregir y sacar a los malos elementos de puestos claves en el gobierno. Si no lo hace, no podrá cumplir con su lema de gobierno: “La honestidad que hace la diferencia”.

Hugo Robles Cruz