Se hizo de un canal de cable con dinero de las Fuerzas Armadas, compró sin asco a una docena de congresistas que transfugaron recién electos y hasta mandó instalar una central de interceptación telefónica contra sus opositores, desde el mismo Palacio de Gobierno.
No lo digo yo. Lo dijo el propio Alberto Fujimori, que se declaró culpable de todos los cargos para evitar la difusión de todos los detalles de sus cochinaditas. Por suerte, la sentencia completa está en la web del Poder Judicial. Ustedes sólo lean las páginas 3, 4 y 5 de este documento para que tengan una idea clara de lo que pasó en los 90 y podría pasar de nuevo si los Fujimori pisan Palacio otra vez
jueves, 19 de noviembre de 2009
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