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jueves, 6 de febrero de 2014

Actualidad Secretos y consecuencias de una conversación histórica que tendrá su primera cosecha esta semana en Santiago.

Lo Que Dijeron en La Habana


Humala en la Habana
A 48 horas del fallo, en La Habana: Humala y Piñera con elocuente gesto del canciller Moreno en el medio.
Ollanta Humala y Sebastián Piñera se reunieron durante una hora a puerta cerrada. Fuera esperaba Michelle Bachelet que, ante la demora, salió por un café con su designado canciller Heraldo Muñoz. Luego la presidenta electa discutió con la ministra peruana Eda Rivas sobre los alcances del término “gradualidad” con respecto de la ejecución del fallo. Piñera aludió a la “actualización legislativa” en el Perú y expresó su molestia por el movimiento de embarcaciones peruanas. Del llamado “triángulo terrestre” no se escuchó nada, pero corre el riesgo de convertirse en el triángulo de las excusas.

¿Dónde está la presidenta?”, reclamó Sebastián Piñera.
El mandatario chileno acababa de terminar una conversación a puerta cerrada con su homólogo peruano Ollanta Humala. Ya estaban listos para que ingrese el resto de las delegaciones pero Michelle Bachelet, la mandataria electa, no aparecía.
Bachelet se dejó ver de nuevo unos diez minutos después, con su designado canciller Heraldo Muñóz.
El reloj marcaba casi las cinco de la tarde. Se habían ido a tomar un café, aparentemente aburridos por la espera de una hora.
Dentro de la sala de reuniones del Palacio de Convenciones de La Habana ya estaban, además de los presidentes, los ministros de Relaciones Exteriores, Eda Rivas y Alfredo Moreno; el titular de Defensa peruano, Pedro Cateriano; y el ministro secretario general de la presidencia de Chile, Cristián Larroulet.
Lo que quedaba del encuentro tomó unos veinte minutos más. Suficiente para que las dos damas pusieran sus cartas sobre la mesa.
Rivas no dio rodeos para explicar que, a la hora de hablar de la ejecución del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el término “gradual” despertaba mucha desconfianza en el Perú.
Menos de 48 horas antes había concluido la lectura de la sentencia sobre el diferendo marítimo entre ambos países en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Bachelet se rió a pierna suelta. Era ella la que había introducido la “gradualidad” en sus declaraciones.
“Utilicé gradual en oposición a inmediato”, retrucó haciendo alusión a la reiteración que venía del Perú, Humala incluido. Aclaró que de ninguna manera significaba que durante su nuevo gobierno, que comienza en marzo, se presentarían dilaciones en la implementación.
Las palabras, a estas alturas, lo eran todo.
“Como estamos sincerando el diálogo”, reconoció Bachelet, “digamos que el fallo se cumplirá en forma gradual a la brevedad y de buena fe”.

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