SIETE DIAS CASMA

IVÁN SLOCOVICH PARDO

DELDIRECTOR

Prontuarios políticos

Con suma indignación, los peruanos vemos por estos días que en muchas listas de postulantes a cargos en gobiernos regionales y municipalidades aparecen sujetos que en lugar de estar inmersos en la política, deberían estar encerrados en Lurigancho, Castro Castro o Piedras Gordas. Obviamente, la culpa no es de estos personajes, que seguramente buscan "blanquearse" con el voto popular, sino de las agrupaciones que les dan la posibilidad de ocupar un cargo público.
Se supone que los partidos y las agrupaciones políticas son las entidades de nuestro sistema democrático responsables de captar a los mejores ciudadanos para ponerlos a manera de menú sobre la mesa, a fin de que los electores puedan determinar con su voto a cuáles de todos ellos prefieren como sus autoridades. Sin embargo, vemos que muchos irresponsables nos están sirviendo un buffet que sin duda nos resultará indigesto al incluir a violadores, terroristas, narcos y demás impresentables.

Es por eso que, a futuro, las agrupaciones políticas que nos sirvan a los ciudadanos un menú putrefacto capaz de generarnos más tarde una tremenda indigestión, deberían ser duramente sancionadas de manera efectiva, mas no a través de pactos éticos ni similares que a la larga nadie respeta. Suspender sus inscripciones o aplicarles fuertes multas económicas quizá sea la solución para que los "líderes políticos" sean más responsables al momento de captar "cuadros".

La infiltración de elementos nocivos en listas de candidatos es la consecuencia de esa costumbre tan dañina de los últimos años consistente en dejar entrar a una agrupación política a cualquier personaje de billetera gruesa que sea capaz de aportar gorritos, polos, camionetas, toldos y demás, lo cual nos ha llevado a tener autoridades que son una vergüenza y que en muchos casos, como hemos visto, terminan convertidas en cabecillas de organizaciones criminales.

Una buena forma de fumigar la política puede ser poniendo bajo la lupa a los partidos y agrupaciones, y hacerlos responsables de las personas de muy dudosa reputación a las que dan la oportunidad de convertirse en autoridades por medio del voto popular, cuando en realidad más están para ser encerradas en un penal de máxima seguridad. Si nos queremos seguir llenando de prontuariados en los cargos por elección, sigamos como estamos.